La cómoda situación que vivía el Valencia no hace tanto tiempo parece tambalearse en los últimos días y horas. El ambiente en el club ché se ha ido calentando a la misma velocidad que el que se respira en las calles, ya inmersas en las fiestas falleras.  

Y si ayer fue monumental la bronca de Mestalla al término del encuentro contra el Mallorca, Tino Costa avivó un poco más la llama. El argentino se convirtó en el terreno de juego en uno de los protagonistas del choque. Marcó el primer gol pero al final terminó viendo la tarjeta roja por una patada a Alfaro cuando quedaban seis minutos para el final.

Tras el partido, que terminó con empate a dos y con pañolada y bronca de la afición valencianista, Costa se disculpaba en Twitter:  'Lamentamos lo sucedido gente estamos jodidos y perdón por la roja, pero siento el fútbol así.. Aunque creo que es demasiada sanción...'.

Sin embargo, unos minutos después un tuit proveniente de la cuenta @valencianista100% que pedía las dimisiones del presidente del Valencia CF, Manuel Llorente, y de Emery le pedía lo siguiente: '@tinocostalf ayúdanos a hacer TT #llorentedimision #unaiveteya'. El bueno de Tino retuiteó y la lió.

Instantes después, el medio argentino se echaba para atrás. Borró el tuit y comentó: 'Ha habido un error en mi Twitter... ¡Jamás en la vida apoyaría algo asi! No creo que siga con esto, si no es seguro'.

Sin embargo, el desliz de Costa en las redes sociales no es el mayor de los problemas del Valencia y de su técnico, Unai Emery. Pese a estar situado tercero en la Liga, con cuatro puntos de ventaja sobre el Málaga, y disputando los octavos de final de la Europa League, el conjunto ha vuelto a provocar las iras del público que acude a Mestalla.

Las gradas comenzaron a silbar al equipo ayer cuando todavía ganaba por 2-0 y a medida que fueron pasando los minutos el descontento iba 'in crescendo' hasta finalizar con la pañolada que despidió a plantilla y directiva al final de los 90 minutos.

Lo sucedido ante los de Caparrós, ya se había vivido el jueves ante el PSV Eindhoven cuando el plácido 4-0 con el que se llegó a poner el marcador se tornó en un 4-2 final.

Por eso, ayer al término del partido el presidente Manuel Llorente llamó de urgencia a Unai Emery para transmitirle la necesidad de mejorar la imagen ofrecida en los dos partidos. Emery tiene garantizada su continuidad hasta junio, siempre y cuando la situación no termine por explotar del todo. 

En la segunda vuelta de la Liga, el Valencia ha sumado ocho puntos de los veintiuno que ha disputado. Parecen pocos para un equipo que quiere repetir participación en la Liga de Campeones, pero también dan la impresión de ser suficientes como para que ningún perseguidor le haya dado alcance.

El equipo y su entrenador viven una situación poco usual en la que los elogios que llegan de fuera encuentran contrapeso en las críticas que se generan en casa. Los números del Valencia de Emery son poco discutibles, pero los que ven jugar al equipo partido a partido son incapaces de entusiasmarse con su fútbol.

A eso se une y es parte de la problemática la sequía goleadora por la que atraviesa en Liga su delantero titular, Roberto Soldado, que lleva casi dos meses sin ver puerta. La peor racha desde que es profesional.

El ariete marcó por última vez en Liga el pasado 22 de enero, cuando anotó en el empate de su equipo ante Osasuna en El Sadar (1-1), que significó su duodécimo tanto de la temporada en la competición. Desde entonces, no ha conseguido batir la meta rival en los últimos siete compromisos ligueros ante Racing de Santander, Atlético de Madrid, Sporting de Gijón, Barcelona, Sevilla, Granada y Mallorca y suma 607 minutos sin marcar.

Sin embargo, la pésima estadística liguera contrasta con la puntería que exhibió en el partido amistoso de la Roja ante Venezuela, en el que hizo un 'hat-trick', y en la Liga de Europa, donde marcó dos goles en el triunfo ante el PSV.