Este artículo se publicó hace 14 años.
Vancouver inaugura unos juegos marcados por la tragedia
La ceremonia giró en torno al fallecimiento de Kumaritashvili, horas antes del acto.
Por fin han arrancado los Juegos Olímpicos de Invierno, que este año se celebran en la ciudad canadiense de Vancouver. Un inicio marcado por la tragedia ocurrida ayer con el accidente mortal que sufrió el georgiano Nodar Kumaritashvili al perder el control de su trineo en la pista de hielo por la que circulaba a más de 140 km/h y estrellarse contra una de las columnas que formaban parte del trazado.
Este hecho centró la ceremonia de inauguración, que no sólo homenajeó a las tribus aborígenes de Canadá, como ya estaba previsto, sino que también estuvo dedicada a la memoria del deportista georgiano. El acto estuvo presidido por la gobernadora general de Canadá, Michaelle Jean, por el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, y por los cuatro jefes de las tribus indígenas de la Columbia Británica donde se celebran las competiciones.
El pabellón cubiernto BC Place fue el escenario donde se dieron cita cerca de 60.000 espectadores para ver un show que arrancó con la aparición de un snowboarder. Después la tradicional interpretación de los himnos nacionales, tanto de la Commonwealth (God Save The Queen), como del país anfitrión, Canadá. Tras el protocolo, los verdaderos protagonistas hicieron acto de aparición.
Uno de los momentos más emotivos fue el desfile del equipo georgiano, ovacionado tras la desgracia
El desfile de atletas fue liderado por la delegación griega, en representación de la cuna del olimpismo, y fue cerrado por la de Canadá. Los representantes del resto de selecciones desfilaron por orden alfabético, muchos de ellos portando brazaletes negros en señal de duelo por la muerte de Kumaritashvili. Por eso uno de los momentos más emocionantes del desfile llegó cuando le tocó el turno al equipo georgiano, liderado por Gia Natsvlishvili, presidente del comité olímpico nacional, y cuyo abanderado fue el esquiador alpino Iason Abramashvili. Todos los presentes se levantaron para dedicarle la más cálida de las ovaciones.
El equipo español fue liderado por la snowboarder Queralt Castellet, principal baza de medalla en Vancouver, que fue la abanderada.
Los atletas canadienses, por su condición de anfitriones, cerraron la parada de los deportistas, que dio paso a la actuación musical de dos de los cantantes canadienses más conocidos internacinalmente, Bryan Adams y Nelly Furtado, que interpretaron juntos la canción Bang the Drum, y de Jim Vallance, productor y compositor muy famoso en su país.
La voz del veterano actor canadiense Donald Sutherland dio paso a un espectáculo de luz y sonido que ensalzaba el patrimonio natural canadiense y durante el que también actuaron otros artistas nacidos en este país: Loreena McKenitt, Sarah McLachlan, Ashley MacIsaac, Joni Mitchell, Shane Koyzcan, K.D. Lang, Measha Brueggergsman y Garou.
La delegación española estuvo liderada por la snowboarder Queralt Castellet, principal baza de medalla
La bandera olímpica accedió al estadio portada por seis ilustres canadienses: el mencionado Donald Sutherland, Bobby Orr, leyenda del hockey sobre hielo canadiense; la cantante Anne Murray, el piloto Jacques Villeneuve, campeón mundial de Fórmula Uno y de las 500 Millas de Indianápolis; Betty Fox, madre del activista de la lucha contra el cáncer Terry Fox; Barbara Ann Scott-King, campeona olímpica de patinaje artística en 1948; el senador Romeo Dallaire, observador de Naciones Unidas en los conflictos de Uganda y Ruanda en 1993; y la astronauta Julie Payette.
La incógnita de saber quién sería el encargado de hacer el último relevo de la antorcha olímpica y de encender el pebetero se disipó cuando en el colofón de la ceremonia. Lo hicieron conjuntmente la ex esquiadora Nancy Greene, que destacó en los años sesenta; el baloncestista Steve Nash, dos veces nombrado jugador más valioso de la NBA; y el ex jugador de hockey Wayne Gretzky, considerado el mejor jugador de la historia.
El original pebetero iba a estar formado por cuatro pilares entrelazados y uno central, pero uno de ellos no pudo desplegarse, por lo que dos de los cinco últimos relevistas no pudieron encenderlo: Rick Hansen, multimedallista paralímpico que iba encender el ramal central; y Catriona LeMay Doan, doble campeona olímpica de patinaje de velocidad en 1998 y 2002, y encargada de prender el que no pudo salir.
Acto seguido fue Gretzky quien, fuera del estadio, encendió un pebetero situado en el puerto, idéntico al del estadio, pero con los cuatro brazos, y que será que el esté iluminado hasta el 28 de febrero.
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