Este artículo se publicó hace 14 años.
"A veces no hacíamos caso a Sacchi"
Gullit, joya del mejor Milan, aspira a convertir a Holanda en sede del Mundial 2018
La leyenda dice que la noche de aquel trágico 5-0 en San Siro que supuso el inicio de declive de la Quinta del Buitre, Gullit advirtió el miedo en el rostro de los jugadores blancos en la bocana del vestuario. Así fue publicado en la prensa, pero ahora, 22 años después, Gullit lo desmiente: "No es verdad que viéramos el miedo en sus ojos. Lo cierto es que nos sentimos muy bien durante aquella noche. Podríamos haber goleado a cualquier equipo. Los jugadores del Madrid hicieron lo que pudieron. El miedo es algo diferente, aunque ellos sabían que nosotros éramos muy fuertes y asumieron que no podrían hacer nada contra nosotros".
Schuster, en cambio, cuenta que en el vestuario ya se volvió pesimista: "Estábamos allí y les oíamos hacer rondos en su caseta con gran intensidad. Ahí pensé que nos ganaban".
En aquella máquina de presionar que era el Milan de Sacchi, Gullit era fundamental, además de por su calidad, por su despliegue físico. En muchos partidos, Sacchi elegía su posición según donde quería ejercer con más intensidad la presión: "La presión era el gran arma de aquel Milan, pero en ese momento no pensábamos que formáramos parte de una revolución. Después, cuando miras hacia atrás, eres consciente de que, jugando así, en un equipo tan bueno, con jugadores de tanta calidad, era realmente algo especial".
"Les oíamos hacer rondos. Ahí pensé que nos ganaban", recuerda Schuster
Gullit recuerda "el chu-chu-chu del helicóptero de Berlusconi" aterrizando en Millanello, pero lo que más le impactaba eran los ejercicios de Sacchi: "En los partidos de fútbol-tenis, era impresionante la calidad que se veía". La minuciosidad y la obsesión con la que trabajaba Sacchi llegó a ser cargante para el vestuario. "Comiendo, no", le llegó a espetar Van Basten al técnico italiano cuando en un almuerzo trató de explicarles un concepto: "Sacchi siempre pensaba en todos los detalles de un partido y nos transmitía todo lo que él sabía. Cuando nosotros jugábamos tan bien, sabíamos lo que hacíamos como equipo, a veces no haciendo caso de algunas cosas que Sacchi nos había dicho. No sentíamos una gran presión mental por su parte, simplemente no hacíamos caso de algunas cosas que nos decía".
Gullit no reniega del fútbol que practicó Holanda en Suráfrica, aunque es partidario de mezclar resultados y buen juego: "Todo el mundo espera que Holanda practique un fútbol atractivo. En el Mundial, jugó para ganarlo, pero la combinación ideal es jugar bien y ganar".
Mientras aguarda una oferta interesante que le haga retornar a los banquillos, Gullit preside la candidatura de Bélgica y Holanda para el Mundial 2018. Una apuesta que tiene en la ecología uno de sus puntos fuertes: "El fútbol puede servir para hacer un mundo mejor".
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