Este artículo se publicó hace 13 años.
La venda de Mourinho
El técnico luso no cambiará su libreto pese al buen juego en Santander y sigue quejándose del calendario
Mourinho no va a cambiar. Ni futbolísticamente, ni en su atorrante empeño por quejarse del calendario. Casillas explicó que el abrazo que se dieron él y su técnico el jueves respondió a una concesión: no concentrar al equipo antes del derbi del próximo sábado. Ayer, ese guiño a la plantilla lo transformó Mourinho en un arma arrojadiza contra el diseño de la competición, en otra coartada para justificar los siete puntos de diferencia con el Barcelona: "No es ningún premio y no he dicho que sea para todo el equipo. A lo mejor es Iker el que no va convocado. Quieren acabar con el campeonato la próxima semana y a lo mejor yo hago una ayuda para que se acabe la Liga".
La frase tuvo tantos aires de falsa amenaza como de desdén. El entrenador portugués dejó entrever con ironía que él no está dispuesto a pelear por el título si no se pone remedio a sus quejas. "Cuando un equipo (Barça) juega el martes en Champions y después el domingo y otro juega el miércoles en Europa y después el sábado es que no competimos con reglas iguales para todos. No es una competición abierta y, si no es así, ¿por qué no ayudar nosotros a que se logren los objetivos?".
De la ironía, Mourinho pasó al farol, descubierto porque tardó poco en rectificar el órdago: "A lo mejor nos quedamos todos en casa y nos encontramos antes del partido, o hago una concentración opcional y, como a Iker no le gustan, no va. Pero que los aficionados estén tranquilos, cuando llegue la hora del partido, los que estemos, estaremos ahí para luchar".
El partido de Santander dejó en el aire un aroma de buen fútbol. Fue de lo mejor que se ha visto del Madrid esta temporada. Mou, en cambio, dice no comprender que se hable de esa actuación que tanto agradeció el paladar del madridismo. "Lo más importante de un equipo no es el sistema, es la manera de pensar el juego y siempre lo hacemos de la misma manera", explicó el técnico para, a continuación, argumentar su irónico desconcierto: "No entiendo la cuestión. Un día, el Real Madrid sin Cristiano no gana; otro día, sin Cristiano juega mejor. Di María por banda es mucho más peligroso, pero, otro día, Di María jugando por dentro es mejor, otro día con tanta gente delante tiene que jugar doble pivote".
Mourinho siempre ha defendido que trata de adaptarse a cada país donde entrena. Con el fútbol tocado de Santander, mucho madridista no ha podido evitar la comparación orgullosa con el Barça. Ese partido en el que el Madrid dio 221 pases más de lo habitual despertó el gusto futbolístico que impera en España, aunque Mourinho se ponga por venda su libreto: "Estamos haciendo del partido de Santander un partido de otro mundo. Jugamos muy bien, pero si alguien espera que todo el trabajo anterior lo voy a olvidar o que contra el Lyon Cristiano va a estar en el banquillo porque el equipo juega mejor sin él, está equivocado".
La cuestión no es Cristiano, es quién juega al lado de Xabi Alonso. Y Granero es el que mejor ha encajado. El debate en Cristiano se centra en si es capaz de jugar ese fútbol más paciente. Si él, como entrenador, es capaz de adaptarle a ese juego más pausado, muchos partidos demandan esa fluidez y esa paciencia que el Madrid enseñó por primera vez en Santander.
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