Este artículo se publicó hace 13 años.
Vettel mató a Jaime
La sombra del bicampeón del mundo condiciona a los pilotos de Toro Rosso
"Vettel es único". Tan categórica frase no pasaría de ser una opinión más si su autor no fuera Dietrich Mateschitz, el multimillonario dueño de Red Bull, la empresa de bebidas energéticas que en 2009 vendió más de 4.200 millones de latas y facturó 3.785 millones de euros. El patrón austriaco de la escudería de F1 tiene como idealizado modelo de piloto al bicampeón del mundo alemán, y la sombra de Sebastian planea amenazante sobre todos los jóvenes que se sientan en los dos coches de Toro Rosso, la escudería filial.
Christian Horner y Franz Tost, directores de Red Bull y Toro Rosso respectivamente, saben bien lo que quiere Mateschitz y prefieren ser injustos a equivocarse. Según su escrupuloso análisis, ni Alguersuari ni Buemi aguantan la comparación con Vettel. Por eso fueron despedidos hace dos semanas .
Vettel debutó con Toro Rosso en el GP de Hungría de 2007. Tenía 20 años Proveniente de BMW donde era tercer piloto, Vettel debutó con Toro Rosso en el GP de Hungría de 2007. Tenía 20 años, fue vigésimo en la parrilla y acabó la carrera 16º. En 2009, también en el GP húngaro, Alguersuari se convirtió, con 19 años, en el más joven debutante de la historia de la F1. Salió 19º y finalizó 15º. El español arrancó mejor que el alemán, pero a partir de ahí la estadística es demoledora a favor del germano.
Lo más significativo es que Vettel, en casi la mitad de carreras que Alguersuari bajo los colores del filial energético, sumó más del triple de puntos (calculados con el sistema vigente desde 2010). En 25 carreras, Sebastian logró 105 puntos, frente a los 31 de Jaime en 46 grandes premios.
Y lo que marca especialmente a Vettel para bien y los canteranos de Toro Rosso para mal es la espectacular actuación del bicampeón en el GP de Italia de 2008, cuando firmó la pole y la victoria. Dos hitos para una escudería menor que se enfrenta a diario a potencias como Ferrari, McLaren o la propia Red Bull. El mejor puesto de Alguersuari fue el séptimo, logrado este año en Italia y Corea.
El barcelonés perdió también la batalla publicitaria, primordial en la F1. La figura del otro español, Alonso, le eclipsó desde el primer día, y las comparaciones con el bicampeón español han sido un lastre del que nunca ha podido desprenderse. Todo lo contrario le sucedió a Vettel. No sólo es el número uno de un país fundamental para este deporte, Alemania, sino que el regreso de su paisano Schumacher reforzó esa posición. El heptacampeón no ha podido destacar, lo que da más fuste a los éxitos de Sebastian. Su gloria ha matado a Alguersuari, pero este no pierde la esperanza y el viernes aseguró: "Pronto tendremos buenas noticias".
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