Este artículo se publicó hace 13 años.
Una vez más, Agüero
El Kun marcó el gol y tuvo la otra gran ocasión de su equipo
Tener a Agüero distingue a un equipo del montón de uno con posibilidades. En el caso del Atlético el argentino está bastante solo. Es un equipo sin grandes pasadores, con poca gente que sea capaz de marcar el tempo de un partido. Pero a Agüero todo eso no le importa, no necesita mucho balón para provocar el pánico en los rivales, ni siquiera que los mediocampistas le busquen como la estrella que es. Sólo Reyes de vez en cuando conecta con él, le busca y le da balones. Sabe de fútbol el utrerano, y tiene claro donde residen las posibilidades de su equipo.
Cuando el partido languidecía en la primera parte se inventó un disparo lejano que reventó el larguero. Después, en el segundo tiempo, cuando el rival marchaba con diez y todos parecían aceptar el empate, fue más listo que el resto apareciendo sin marca en el centro del área para marcar un gol que da tres puntos de mucha importancia. El pase fue de Juanfran, que recibió una buena entrega de Forlán, ese jugador cuya actitud ha terminado tapando sus valores como futbolista y que ahora se ve condenado al banquillo. Los tres puntos casi aseguran que el año que viene el Atlético viajará por Europa. Y será por Agüero. Casi sólo por él, el pequeño genio que ha marcado nueve goles en los últimos siete partidos y que, antes o después, siempre termina por aparecer. El Atlético se aprovechó de la inoperancia del deportivo y del miedo de Lotina. Su nivel de juego subió cuando el Deportivo, que ya tenía diez por la expulsión de Lopo, decidió quitar a Guardado, uno de los pocos jugadores de talento de los gallegos, y meter más madera con Ze Castro. Un error, daba por bueno el empate y terminó perdiendo. Riazor no entendió ese cambio, como no entiende que se discuta a Valerón.
El canario juega en otro espectro, él no necesita trabajar tanto porque su nómina se paga con pases vertiginosos, con talento. Lotina no termina de entenderlo y refunfuña, no le llena el alma tener un jugador que no se adapte a su doctrina defensiva, pero a veces tiene que aceptar que el mundo necesita de gente como Valerón. El canario no brilló y no será raro que Lotina lo esgrima para quitarle más tarde o más temprano, como si él tuviese que justificarse más por el hecho de ser diferente. Los resultados de la tarde, las derrotas de los grandes contra equipos de la zona baja, pusieron cierta intranquilidad al Deportivo. No parecía estar en la lucha por el descenso, pero es mejor que se ande con ojo, en las últimas semanas de campeonato siempre hay sorpresa y esas pueden marchar en su contra.
El Atlético, por su parte, ha enderezado la temporada en los últimos partidos. No es casualidad que coincida esa subida con el mejor momento de Agüero y con la suplencia de Forlán. El objetivo de la temporada no era ese, el Atlético tiene que pensar en estar mucho más arriba, pero la Liga Europa permite al menos dar a la afición una bonita manera de pasar los días entre semana. Y allí, si Agüero se mantiene un año más en el Atlético, seguirá reinando. Es lo que tiene el talento, que se impone.
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