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Por la vía rápida

El Barça resuelve la eliminatoria ante el Ceuta en la primera media hora

GERMÁN ARANDA

Tal y como había llegado al mediodía, en helicóptero, el Barcelona abandonó Ceuta nada más acabar el partido. Raudo, veloz, al grano, sin espacio para demasiadas fotos o autógrafos, tuvo entre aterrizaje y despegue tiempo para sentenciar el pase a octavos de final de la Copa del Rey con una más que apañada y eficaz cara B de su equipo habitual. Como contrapunto, el conjunto azulgrana pierde a Jeffren, que tuvo que ser trasladado al hospital tras sufrir una luxación en el hombro izquierdo por una mala caída.

Hacía mucho tiempo que no se veía al conjunto azulgrana abrir tanto el campo. Volcados en atacar no sólo los veloces extremos Pedro y Jeffren (después Nolito), sino también los laterales brasileños Maxwell y Adriano, al conjunto local se le venían encima demasiadas flechas por ambos flancos.

La sensación de superioridad numérica cuando atacaba el Barça, de pocos argumentos del rival para detenerle, tuvo mucho que ver con la temeridad de De Deus, técnico del Ceuta. Que la valentía y la ingenuidad son a veces parientes cercanos lo demostró el portugués al empujar a su equipo, de Segunda B, a una presión adelantada a la que no se atrevieron ante el Barça grandes de Europa como Inter o Manchester. Suicida o loable, no es que su planteamiento les llevara a hacer el ridículo, pues no fue así, pero sí a dejar escapar demasiado pronto la eliminatoria.

Un cuarto de hora de juego le bastó a Maxwell para llegar a la línea de fondo combinando en una brillante pared con Bojan y cruzar casi sin ángulo un imparable gol. El asistente, que lucía el brazalete de capitán por primera vez con sólo 20 años, se creyó su rol y basculó por el ataque azulgrana más como un líder que como un simple ariete finalizador. De hecho, su asignatura pendiente volvió a ser el remate, pues los falló todos. El colmo de la frustración goleadora le llegó a un diez minutos del final, al desaprovechar un gran pase de Thiago intentando regatear al portero en un mano a mano. No le salió.

La buena salud de la cantera fue de nuevo la gran noticia para el Barça, que no anda precisamente sobrado de efectivos. Sobre todo, demostraron maneras, velocidad en el cruce y criterio en la salida de balón los centrales Bartra y Fontàs. En ataque, aunque en alguna ocasión se regateó a sí mismo, Nolito mostró su descaro internándose constantemente con peligro.

El Barça acabó el encuentro sin crecerse ni convertirse en un vendaval. Pero ofreció una buena cara a los espectadores que presenciaban el encuentro desde la grada o en los balcones cercanos al estadio. Guardiola, por su parte, pudo marcharse contento con el rendimiento de sus habituales reservas. Su plantilla no es amplia, pero sí fiable.

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