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Victoria contra nueve

El Sporting supera in extremis y de penalti a un Deportivo en inferioridad

MARIO LEIS

El Deportivo se había ganado el punto de El Molinón en un partido que quedó había quedado inclinado para el Sporting nada más nacer... y al morir. Al empezar, Bilic cogió la espalda a la defensa blanquiazul, encaró a Aranzubía y el meta lo derribó fuera del área. Con la roja en la mano, el árbitro dio la ley de la ventaja y el propio Bilic no fue capaz de embocar a un par de metros. Aranzubía se fue a la calle y Bodipo, que entre mareos ficticios y expulsiones ajenas es el pagafantas, fue el sacrificado por Lotina para dar entrada a Manu.

Eran más de 80 minutos los que tenía el Sporting para desgastar a un Depor que pegó dos pasos atrás con Adrián convertido en una isla. Al principio no le fue mal, porque el Depor si algo tiene es que defiende bien, todos juntitos, pero la renuncia fue excesivamente temprana. Al Sporting le costó buscarle grietas. Abrió el campo, especialmente por el costado de Diego Castro, pero sin la pausa para circular. El esperado gol del Sporting no llegó en una jugada cosida por la superioridad, sino por un barullo en el que la bola tocó por azar en la bota de Pablo Alvarez dejando a Bilic ante Manu para fusilar.

En la segunda parte, el Depor cambió el dibujo, enseñó los dientes y pasó por encima del Sporting, que apareció anestesiado. Primero la tuvo Juan Rodríguez en el minuto 62 , pero remató fuera desde el suelo. A continuación apareció Adrián para romper por velocidad a los zagueros y marcar el empate. El Sporting no tenía soluciónes ni aparentaba jugar con uno más. De hecho, sufría para no perder.

Pero cuando moría el partido, Rubinos señaló un penalti difícil de ver, de Lopo. Diego Castro no falló y los asturianos se apuntaron una victoria importantísima de cara a sus aspiraciones. Después de padecer varios errores arbitrales en su visita al Bernabéu, esta vez un penalti a última hora permitió al equipo de Preciado llevarse tres puntos que pueden resultar vitales cuando a final de temporada se haga recuento.

El Depor moría después de haber remado y bien durante 80 minutos, pero los gallegos pagaron el esfuerzo de tener que jugar en inferioridad. Demasiado desgaste que le acabó pasando factura.

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