Este artículo se publicó hace 16 años.
La violencia que se iba a perseguir
La dureza gana a la coreada vigilancia en los primeros días de torneo
José Miguélez
Era una simple capa de barniz. Falsa alarma. Los violentos dormirán también tranquilos durante la Eurocopa. Quedó probado en la primera jornada, sólo unas horas después de que la UEFA se vistiese de falsa dignidad y publicitase pomposamente su firme advertencia a los jugadores. A la hora de la verdad, de intolerancia con las entradas duras y máxima severidad en los castigos, nada de nada.
Ya hay una víctima irrecuperable. El suizo Frei dejó la competición nada más estrenarla tras una fea entrada del griego Grygera, complicada de infortunio, que le destrozó el ligamento cruzado. No fue la acción más sucia de la inauguración. Peor fue la sobrecarga de Barnetta a Sverkos. En el otro asalto del grupo A, el portugués Simao conservó la rodilla de milagro. Le robó la pelota al turco Zan y éste le castigó con una patada brutal. Amarilla. Nani directamente sufrió un atentado: Mehmet Aurelio le tumbó con una acción salvaje de imposible disculpa. Pese a los gritos del portugués, el colegiado no decretó ni falta.
“Y pitaba Fandel, el alemán, el hombre de confianza de la UEFA”, dice indignado López Nieto, ex árbitro internacional y miembro del actual comité de designación de la Liga. “El arbitraje en Europa es muy político. Se marca una línea, pero luego llegan las jugadas sancionables y pocos se atreven a tomar decisiones. Los jugadores saben el poco valor de las amenazas. Y por eso siguen pegando”.
Algo de eso vino a decir el viernes De la Red, tras la visita a la concentración del delegado arbitral de la UEFA que obligó a modificar todo el calendario de trabajo. Sonaba a charla dura en el anuncio. Pero la realidad lo desmintió: “Se hizo hincapié en que no iban a ser nada permisivos con las entradas duras. Vamos, lo de siempre”.
Ayer, Iniesta, divisada ya la primera jornada, también relativizó las advertencias arbitrales: “Fue una charla sobre las normas, y ya las conocíamos. Dijeron que pondrán más atención a los codazos y los agarrones, a la dureza... Nada fuera de lo normal”.
Los futbolistas, por tanto, no se dan por aludidos. El ruso Bilyatedinov dio ayer una razón a la dureza del primer día: “Es normal en los primeros partidos. La gente sale con mucha tensión y a veces se nos va la pierna”. Lo dicho, los violentos respiran.
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