Público
Público

...Y por supuesto, el fútbol

El oro de Barcelona’92 tiene ya continuidad. Triunfo colectivo. La selección de Luis se instaló ayer en el éxito del resto de deportes de equipo españoles

MIGUEL ALBA / IGNACIO ROMO


Por fin, el fútbol español no tendrá miedo a que los niños se hagan hombres. A que el paso de la mayoría de edad desperdicie a un campeón del Mundo sub 16 por un futbolista enfrascado en la lucha por recuperar la identidad ganadora perdida. Ayer, el fútbol, que sólo podía presumir en color del oro de Barcelona 92, se instaló en el territorio de los éxitos que ya habían conquistado el resto de deportes de equipo español. El fútbol logró así su cuadratura del círculo.

El mayor triunfo colectivo del atletismo español lo lograron los corredores de maratón en 1997. Se disputaban los Mundiales de Atenas en los que Abel Antón y Martín Fiz lograron oro y plata. En la puntuación por naciones España lograba la victoria.

El buen rollo, las timbas de pocha y el ADN de los juniors de oro convirtieron al verano de 2006 en los meses del BA-LON-CES-TO. Marc Gasol demostró que la continuidad de la saga está asegurada.

Los éxitos de clubes barruntaban un estruendo a nivel de selección. La sacudida del efecto Urdangarín reconvirtió las medallas olímpicas en un título mundial. Otra vez el espíritu de equipo con dos guías espirituales: Barrufet y Hombrados.

El balón pequeño encontró protagonismo a base de éxitos. Javier Lozano y José Venancio han sabido administrar diferentes generaciones de filigranas y pases cortos para convertir a la roja en el Brasil del fútbol sala.

Los Juegos de Barcelona comenzaron a tecnificar a dos equipos que devoraban vídeos de Holanda. Desde entonces, el hockey español siempre se ha mantenido en la élite. Pol Amat y Santi Freixa, que fueron claves en el triunfo del Europeo de 2005 ante Holanda, han recibido la herencia del juego en corto de la selección que conquistó el título continental en 1974.

“Ojalá se convirtiera en deporte olímpico porque tendríamos un oro asegurado”. La frase, salida del mundo del olimpismo resume el absoluto domino de España en un deporte con una rivalidad histórica con Portugal.

Un compositor que ganó un récord guiness por estar más de un día seguido tocando la batería; una entrenadora que siempre busca el imposible, como un bañador que cambie de color al ritmo de la música; y Gemma Mengual, una estilista en el agua, que ha roto el dominio ruso tras sesiones maratonianas en la piscina. Esos son los argumentos que han situado a la sincronizada española en una potencia.

La década de los noventa vivió éxitos ininterrumpidos de las tenistas españolas. Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez fueron el buque insignia de los triunfos de España en la Copa Federación. Fueron cinco y los lograron en los años 1991, 1993, 1994, 1995 y 1998. En Copa Davis, Ferrero, Costa, Corretja y Balcells lograron la primera Ensaladera en 2000 antes del boom Nadal. Rafa levantó la segunda en 2004 en Sevilla.

España logró su primer campeonato europeo de voleibol el año pasado. Los jugadores de la roja ganaron la final a domicilio a los rusos por 3-2.

El waterpolo español se adueñó del mundo gracias a los éxitos de una generación irrepetible. El combinado que lideraban Manel Estiarte y Jesús Rollán encadenaron los mundiales de Perth (Australia) en 1998 y tres años más tarde en Fukuoka (Japón).

¿Te ha resultado interesante esta noticia?