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Y vuelta a empezar

El Barça inicia la segunda mitad de la Liga como finalizó la primera, con una soberbia goleada

GERMÁN ARANDA

 

Si existiera una aplicación futbolística de la teoría del eterno retorno de Nietzsche, sería el Barça de Guardiola. En el recuerdo, partidos como el de hoy quedarán mezclados con otras decenas de victorias, recitales de toque (aunque el de hoy fue algo menos vertiginoso) que se suceden casi sin descanso, sin apenas lugar al sufrimiento.

Ni siquiera necesitó el Barça tirar de su mejor versión, le bastó con una buenísima, a media marcha menos. La víctima, un Racing correcto, que lamentó no poder conservar el empate a cero más de un minuto y medio. Ése fue el tiempo que le duró al Barça en el paladar el sabor de la derrota que se trajo de Sevilla tras perder el pasado miércoles ante el Betis en Copa.

Cuesta contar las veces que Messi, Villa y Pedro conectan en ataque

Eso fue lo que tardaron en asociarse los creadores y los definidores azulgrana, que cada día se entienden mejor con el balón. Sin él, en vez de ir aflojando dada su superioridad, mejoran también noche tras noche, recuperando cada vez más posesiones en campo contrario con una presión sin igual en el mundo. Ésa es la salvedad que aplica el equipo al eterno retorno: Nietzsche invitó al vitalismo porque en una vida vivida infinitas veces los momentos se repetirían por igual, no mejorados.

Con el eco del pitido inicial aún en los oídos, en una jugada nacida de un córner, Villa abrió un balón dentro del área hacia Messi, que picó un centro-chut elevado y, por si las moscas, Pedro lo empujó cuando el esférico se dirigía algo tímido a la portería. En la creciente conexión de sus tres atacantes, con protagonismo y gol en todos los encuentros, se ejemplifica mejor que en ningún otro aspecto la sublimación y constante mejora de la apuesta azulgrana. Otra muestra de su incidencia, el penalti forzado por Villa que Messi, a la media hora de partido, transformó. Si el argentino quería ver en la pena máxima fallada ante el Betis una cuenta pendiente, también la saldó.

Con todo, nadie podría decir que el Barça podría haber jugado sin portero, puesto que sin dos paradas providenciales de Valdés el resultado podría haber sido otro al término de la primera mitad. Primero, desvió un disparo cruzado de Rosenberg, que había encarado a Puyol y encontró un valíoso hueco entre el defensa y la portería para disparar. Después, sacó un remate de cabeza de Adrián, pese a que remató prácticamente ante la línea de gol y no le dejó mucho tiempo para reaccionar.

Abidal, central, ha aprendido a jugar el balón con soltura y autoridad

El Racing defendió con más o menos orden y atacó con más o menos peligro, pero nunca el suficiente como para contrarrestar la circulación y el agobio barcelonista, que volvieron a hacer que el portero rival fuera uno de los más exigidos del encuentro.

Línea por línea, casilla por casilla, no hay pieza que no mejore en este Barça. Si Piqué, uno de los mejores centrales del mundo se despista un segundo, Guardiola ya ha hecho crecer a otro de garantías. Abidal, ese defensa que llegó al club acomplejado por su falta de condiciones técnicas y que se limitaba a explotar su físico y no complicarse la vida, aprovechó mejor que nunca la oportunidad que le dio su entrenador de ser titular en el eje de la zaga. Ya no es sólo el mejor en la anticipación, también levanta la cabeza con autoridad cuando se trata de mandar y repartir juego hacia las líneas delanteras, aun sin tomar nunca riesgos excesivos.

La del francés de central y Maxwell de lateral izquierdo fue la única variación además de la obligada de Adriano por Alves del habitual once de gala. En él, Iniesta es el único que no se ha perdido ni uno solo de los encuentros de Liga. Y el volante también ha crecido. Si alguien le criticó su falta de acierto de cara a gol cuando empezó su carrera con el Barça, debe retroceder ahora ante sus pocos problemas para marcar. No había pasado un cuarto de hora cuando anotó el tercero del Barça, de nuevo con un disparo de primeras tras una asistencia de tacón de Pedro.

Tacón, Pedro, asistencia, Iniesta, gol, Messi, Villa, pared, triangulación, son palabras que se repitieron decenas de veces en la primera vuelta de la Liga. En la segunda, que empezó hoy, no parece que vaya a cambiar mucho el panorama, como mucho a mejor, pues este Barça es capaz de darle la vuelta a todo.

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