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Carlos Ghosn, un 'cost killer' que salido muy caro a Nissan

Su detención y despido por irregularidades con su slario ocurre cinco meses después de que el ejecutivo de 64 años ganara por estrecho margen una votación de los accionistas de Renault para recibir un pago de 7,4 millones de euros en 2017

Foto de archivo del entonces presidente ejecutivo de Renault, Carlos Ghosn, durante la presentación del modelo eléctrico Renault Twizzy en el ámbito del Salón Internacional del Motor en Fráncfort (Alemania) en septiembre de 2009. EFE/Mauritz Antin

Reuters

En sus 40 años en la industria automotriz, los elogios que Carlos Ghosn ha recibido por la reestructuración de empresas han ido a menudo acompañados de críticas sobre lo que ha cobrado por hacerlo.

Nissan Motor dijo el lunes, a raíz del último escándalo, que planea destituir a Ghosn como presidente tras las acusaciones de que utilizó activos de la compañía para asuntos personales, entre otros comportamientos propios, presuntamente, de una conducta indebida.

El escándalo ocurre cinco meses después de que el ejecutivo de 64 años ganara por estrecho margen una votación de los accionistas de Renault para recibir un pago de 7,4 millones de euros (8,5 millones de dólares) en 2017, después de haber perdido una votación en 2016.

El ciudadano francés, nacido en Brasil y de origen libanés comenzó su carrera en la compañía fabricante de neumáticos Michelin en 1978, para luego ser contratado por Renault en 1996, donde supervisó una reestructuración que le valió el apodo de Le Cost Killer (El asesino de costes).

En momentos en que los mercados de vehículos en Europa Occidental y Japón pasaban por problemas, Ghosn promovió la venta de vehículos baratos para las masas de los mercados emergentes y apostó por los vehículos eléctricos antes que muchos otros.

Foto de archivo del entonces presidente ejecutivo de Renault, Carlos Ghosn, durante la presentación mundial de varios modelos en el Salón Internacional del Motor en Fráncfort (Alemania) en septiembre de 2007. EFE/ Arne Dedert

Foto de archivo del entonces presidente ejecutivo de Renault, Carlos Ghosn, durante la presentación mundial de varios modelos en el Salón Internacional del Motor en Fráncfort (Alemania) en septiembre de 2007. EFE/ Arne Dedert

Además, siempre expresó su opinión de que creía que había demasiados fabricantes de automóviles en el mundo y que la consolidación continuaría. En 2016, sumó a la japonesa Mitsubishi Motors Corp a la alianza entre Nissan y Renault.

Sin embargo, en los últimos meses, la atención se ha centrado cada vez más en cómo simplificar la compleja red de participaciones cruzadas entre las empresas socias de la alianza para garantizar que siga prosperando tras la eventual salida de su arquitecto principal.

Fuentes cercanas al caso dijeron en marzo a Reuters que los socios estaban contemplando planes para una alianza más estrecha en la que Nissan adquiriría la mayor parte de la participación del 15% del estado francés en Renault.

Después de que el periódico Yomiuri de Japón informara el lunes de que Ghosn fue arrestado por fiscales de Tokio bajo sospecha de haber informado erróneamente de su salario, los planes de alianza para el futuro son ahora más urgentes que nunca.

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