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La rebaja de la hucha de las pensiones certifica el fracaso de las reformas impulsadas por el PP y el PSOE

El Fondo de Reserva se agotará a finales del año que viene, lo que  ha reabierto el debate sobre la sostenibilidad del sistema. Los expertos dan por hecho que habrá que pagar parte de las futuras pensiones a través de los Presupuestos.

Rajoy con unos pensionistas, en un acto de campaña. / ARCHIVO (EFE)

PÚBLICO / AGENCIAS

Madrid —. El pasado 2 de julio —sin tan siquiera advertir al Consejo de ministros— el Gobierno retiró otros 8.700 millones de euros del Fondo de Reserva de las pensiones para pagar la extra de verano. La decisión desató todas las alarmas —si es que no estaban encendidas ya— entre oposición, sindicatos, expertos y hasta entre los propios pensionistas. Se trata de la mayor retirada de fondos de esta hucha desde que Rajoy llegó al poder a finales de diciembre de 2011. En cuatro años, el Ejecutivo del PP ha dejado este Fondo con tan solo 25.176 millones de los 67.000 que tenía cuando él pisó por primera vez La Moncloa.

Al ritmo de gasto que llevan las pensiones, el Fondo de Reserva sólo tiene dinero para hacer frente a otras tres pagas extraordinarias. En diciembre de 2017 ya no quedará ni un solo euro. Rajoy se habrá fundido toda la hucha. Pese a que desde el Ministerio de Empleo se siguen lanzando mensajes tranquilizadores, el titular de Economía en funciones, Luis de Guindos, ya ha avisado de que la hucha de las pensiones se agotará si no hay crecimiento económico suficiente.

La pregunta surge inevitable: ¿Qué hacer entonces?

"El nivel de consumo actual del Fondo lo pone en riesgo de agotamiento anticipado", aseguran desde CCOO y UGT. De momento, la preocupación de los sindicatos ha logrado que ayer, lunes, por la tarde el Gobierno, a través de la Secretaría de Estado de la Seguridad Social, reuniese de forma urgente a la Comisión de seguimiento del Fondo de Reserva de las pensiones después de un año sin hacerlo cuando tiene que hacerlo cada seis meses.

"Nadie duda de los excelentes profesionales que gestionan el fondo", dice la secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT, Carmen Barrera, quien sin embargo mostró su decepción por las "decepcionantes" explicaciones del Gobierno en la reunión de ayer. Los sindicatos exigen al Gobierno que facilite información detallada acerca de las previsiones de evolución de los ingresos y gastos de la Seguridad Social para el próximo semestre, pero de momento, nada de nada.

Ante la falta de concreción del Ejecutivo, muchos expertos y think tanks dan por hecho que en el futuro habrá que sufragar parte de las pensiones por la vía de los Presupuestos, aunque las opiniones sobre qué prestaciones cubrir y con qué impuestos soportar este gasto son diversas. 

El propio Tribunal de Cuentas, por ejemplo, insiste en que el Estado debe financiar íntegramente con cargo a impuestos determinados gastos de la Seguridad Social como las prestaciones no contributivas y universales, según consta en la Declaración sobre la Cuenta General del Estado de 2014.

Al ritmo de gasto que llevan las pensiones, el Fondo de Reserva sólo tiene dinero para hacer frente a otras tres pagas extraordinarias

Lo que sí que está claro es que además del rápido descenso de la hucha de las pensiones, hay otro dato que genera dudas sobre el riesgo de que el sistema de pensiones no sea sostenible en el medio y largo plazo: el Instituto Nacional de Estadística (INE) informó a finales de junio de que en 2015 las muertes superaron a los nacimientos por primera vez en España desde 1941.

Las reformas de las pensiones de 2011 y 2013 impulsadas por el PSOE y por el PP pretendían, según estos partidos, blindar la sostenibilidad del sistema de pensiones. El plan pasaba por que los futuros jubilados cobraran menos. Una institución muy poco sospechosa de ser antisistema como Funcas cifra la rebaja media de la reforma de 2011 en torno al 20%; mientras, añade Funcas, la reforma del 2013 sumará una pérdida adicional del 15% por la reducción de la pensión media nominal tras la jubilación.

Pero ni eso parece suficiente: las reformas han fracasado a tenor de los últimos acontecimientos.

Por eso, tanto desde el Gobierno del PP así como desde las aseguradoras y los bancos— los principales interesados—, se han llevado a cabo campañas para que los ciudadanos empiecen a ahorrar y a contratar fondos privados de pensiones para compensar en el futuro sus pensiones públicas con sistemas de previsión privados.

Sin embargo, en España aún hay casi cuatro millones de parados y muchos de los que tienen empleo han sufrido en sus carnes la moderación salarial de los últimos años o la mala calidad del nuevo empleo que se ha creado, donde los trabajos a tiempo parcial se han disparado. Es decir, que meter dinero en un plan de pensiones se les hace cuesta arriba.

En este contexto, los portavoces parlamentarios en el Pacto de Toledo se pusieron como deberes para la próxima legislatura abrir el debate de las nuevas fuentes de financiación de la Seguridad Social.

Una de la soluciones que se plantearon entonces fue la de pasar el pago de las llamadas pensiones no contributivas de muerte y supervivencia —orfandad, viudedad y en favor de familiares—, que actualmente sufraga la Seguridad Social, del ámbito contributivo a los Presupuestos y culminar así la separación de fuentes en el sistema, lo que ya es una forma de pagar las pensiones por la vía de los impuestos.

El PSOE planteó en la campaña electoral de las elecciones del pasado 20 de diciembre la posibilidad de crear un impuesto especialmente destinado a sufragar parte de las pensiones de jubilación.

Son muchas las voces que se han sumado a la propuesta de vincular pensiones e impuestos y dejar de cargar todo el peso del sistema sobre unas cotizaciones, a todas luces insuficientes

Desde entonces son muchas las voces que se han sumado a la propuesta de vincular pensiones e impuestos y dejar de cargar todo el peso del sistema sobre unas cotizaciones, a todas luces insuficientes.

En este sentido, el BBVA Research estima que para sostener las pensiones del futuro habrá que alcanzar los 27 millones de cotizantes en 2050, unos 10 millones más que en la actualidad. Muchos dudan de que eso sea posible.

Sin embargo, hay otras opciones. Como dijo hace ya tiempo el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, decir que el sistema de pensiones es insostenible es "una tontería".  

Juan Torres López resume la propuesta de la izquierda de  que es posible una alternativa. "Repartir de otro modo, esa es la clave de la sostenibilidad de las pensiones. Las fuentes de financiación de las pensiones dependen de muchos más factores que la demografía. Que va a haber más pensionistas es verdad, pero no lo es menos es que si en ese futuro tan negro que nos pintan los salarios son más altos, si hay más empleo y por tanto más masa salarial, si aumenta la tasa de actividad femenina e incorporamos a las mujeres al mercado de trabajo, luchamos contra la economía sumergida y hacemos una reforma fiscal que sea realmente progresiva, entonces las pensiones públicas serían perfectamente sostenibles porque habrá dinero para pagarlas", declaró en octubre de 2013. Quizá ahí esté la clave y no tanto en el mensaje del miedo que lanzan Gobierno y patronal.

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