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Goirigolzarri prevé que la marca Bankia será sustituida por CaixaBank en el verano

Descarta que la fusión implique riesgo de pérdida de clientes y espera no cobrar por depósitos a particulares y eximir de comisiones al cliente vinculado.

Los logos de Bankia y de Caixabank en sendas sucursales en Barcelona. REUTERS/Albert Gea
Los logos de Bankia y de Caixabank en sendas sucursales en Barcelona. Albert Gea / REUTERS

Servimedia

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, se mostró confiado este jueves en que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) no impondrá condición alguna a la fusión, de forma que obtendría las autorizaciones regulatorias en el primer trimestre y la marca Bankia dejará de existir en favor de la nueva CaixaBank "hacia el verano".

Así lo estimó durante la última presentación de resultados anuales de Bankia en su singladura independiente, donde el banquero desgranó junto al consejero delegado, José Sevilla, las cuentas y detalló que ha cumplido con todos sus objetivos, salvo el vinculado al margen de intermediación y rentabilidad por culpa de unos tipos de interés negativo que nadie esperaba.

"Nosotros no estamos esperando ningún tipo de restricciones", afirmó Goirigolzarri, alegando en contra de la imposición de condiciones que, aunque CaixaBank y Bankia sumarán una cuota de mercado del entorno al 25%, "esas cuotas no son extrañas" en países europeos cercanos, "sino que, por contraposición, son comunes".

En segundo término, refirió que el indicador que se utiliza para medir el riesgo de concentración, conocido en el argot especializado como 'Herfindahl – Hirschman', "se situaría en niveles del 1.300 y la Comisión Europea interpreta que hay problemas de concentración en el 1.800", de forma que la nueva entidad quedaría lejos del umbral.

Además, refirió que "hoy en día los bancos no solo compiten con los bancos", sino que están "en un mercado muy abierto y tenemos competencia de empresa pequeñas, startup, fintech" y grandes compañías como Google, de forma que mirar solo el 25% "no responde realmente a la realidad de ese mercado".

En última instancia recordó que, desde el 2008, el sector bancario español ha sufrido un proceso de concentración "notabilísimo y los niveles de competencia no han bajado", algo que se mide, según dijo, en los precios, recordando que las pymes se financian a mejores condiciones en España que en Alemania, o aquí se ofertan hipoteca cuyos intereses "comparan claramente bien con respecto al resto de países".

Así, estimó que se cumplirá el calendario estimado cuando las entidades anunciaron la fusión y que prevé la autorización y cierre legal en el primer trimestre del año para proceder a su integración en el cuarto, cuando operará ya como una sola entidad.

El cambio de marca e imagen será una fase intermedia, puesto que "se empezará después del cierre mercantil de la operación". "Imagino que nos llevará 3 ó 4 meses, hacia el verano", ya que la intención que reconoció es empezar "casi inmediatamente después de la fusión y de una forma pausada, pero rápida".

No está cerrada la organización

Si bien explicó que la fusión fue una decisión estratégica ante el desafiante escenario que se dibuja donde los expertos auguran tipos negativos, "por lo menos, hasta el 2026" y que "cambia estructuralmente el negocio", aseguró que la prioridad hasta ahora ha sido mantener el foco en el negocio y la atención al cliente hasta el punto de no haber decidido la estructura directiva del futuro banco.

"Una operación de fusión es muy delicada y la organización también es muy delicada", explicó, indicando que, desde que se anuncia hasta que se cierra "pasan muchísimos meses" y gestionar bien y evitar que los equipos "se desenfoquen" es absolutamente clave para ese proceso. "Hoy no tenemos cerrada la organización", reiteró, dejando así en el aire la incógnita sobre las responsabilidades futuras del consejero delegado de Bankia, José Sevilla.

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, durante la presentación de los resultados del banco en 2020. EFE/Bankia / Máximo Garcia de la Paz
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, durante la presentación de los resultados del banco en 2020. Bankia / Máximo Garcia de la Paz / EFE

Tampoco dio pistas sobre las potenciales duplicidades de red o plantillas, apuntando a que los primeros en saberlo serán los representantes de los trabajadores y se seguirá un proceso dialogado como en otras integraciones. Sí detalló que se está trabajando para ver, por ejemplo, el catálogo de productos, riesgos y las estrategias de comunicación interna y externa.

Goirigolzarri y Sevilla coincidieron en reivindicar que Bankia encara la fusión con mayor fortaleza de la prevista, gracias a que ha disparado la creación de su colchón de capital por encima de sus propias previsiones y el año fue "de menos a más en dinámica comercial".

Su objetivo estratégico era sumar 2.500 millones de euros en exceso de capital entre el trienio 2018 y 2020, y lo cierra con 2.934 millones, en parte gracias a la generación de 41 puntos básicos de forma orgánica en el último tramo del año. "Nos sitúa con un cierre del año muy fuerte y con velocidad de crucero para empezar el año también muy potente y con un mejor punto de partida de cara a la fusión con CaixaBank", refirió Sevilla.

No quisieron especular sobre si esa hucha le permitirá pagar un dividendo extraordinario, ya que dependerá de lo que decida el Consejo de Administración del banco fusionado, pero Goirigolzarri sí estimó que, en materia de clientes, la entidad fusionada mantendrá la política de eximir de comisiones a los clientes vinculados y no cobrará por sus depósitos a los particulares.

Bankia cuenta con más de 3 millones de clientes que no pagan comisiones en su programa Por ser tú y CaixaBank "tiene un programa similar", apuntó. "Seguro que hay que hacer algún ajuste, pero millones de clientes en la nueva organización van a verse favorecidos por este esquema de no pagar comisiones", auguró. En cuanto al cobro a particulares por sus depósitos, deslizó que, "con la información que tengo, sí lo descartaría".

Ambos banqueros se mostraron además totalmente convencidos de que no hay riesgo de pérdidas de clientes significativa, y sí una "oportunidad fenomenal de incrementar el cross selling", ya que CaixaBank cuenta con mucha experiencia en productos como los seguros o ahorro. "Puesto a disposición de una red tan viva -como la de Bankia- nos tiene que generar un crecimiento muy notable", afirmaron.

En apoyo de su impresión explicaron que hace más de 10 años era frecuente que las entidades aprovechasen la distracción de las que se fusionaban para robar clientes con productos competitivos como los depósitos retribuidos. "Hoy ese tipo de instrumentos no está ahí (…), por lo tanto, si lo hacemos bien como es nuestra obligación, no creo que tengamos una pérdida de clientes significativa", agregaron.

Al ser preguntado Goirigolzarri de manera específica por si la presidencia de la futura CaixaBank supone el broche a una aspiración profesional, el banquero aseguró no verlo así. "Yo no lo veo como un culmen. Yo he pasado años maravillosos desde el punto de vista profesional en Bankia", relató, indicando que han sido los accionistas y los consejeros los que "entendía que, para culminar este proceso de esta transformación extraordinaria que se ha producido en Bankia, contribuiría si yo iba al nuevo banco y presidía el nuevo banco".

El banquero aseguró abrazar el proyecto con una "alegría inmensa y muy ilusionado" porque representa "un proyecto estupendo". "No lo veo en términos de culmen o aspiraciones personales, sino en términos de servicio", afirmó.

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