El Ibex 35 ha cerrado la sesión de este viernes con una caída del 0,48% que le ha llevado a perder la cota de los 10.100 puntos, puesto que ha finalizado la semana en los 10.092,7 enteros, el nivel más bajo desde principios de octubre. El selectivo encadena así ocho sesiones a la baja (después de registrar su último avance el pasado 31 de octubre) y pone fin a una semana en la que ha retrocedido un 2,55%, lo que supone sus peores siete días desde agosto.

Los analistas califican esta semana de "desastrosa", en la que los principales catalizadores han sido los discretos resultados empresariales y la incertidumbre por la situación en Catalunya.

Este viernes, además,  el mercado bursátil español se sumaba a las caídas de las principales plazas internacionales por el temor a un retraso en la aplicación de la reforma fiscal en Estados Unidos. Los republicanos del Senado estadounidense han presentado un plan de modificaciones tributarias sustancialmente diferente a la versión de la cámara baja, estancando el proceso de aprobación de la mayor reestructuración de los impuestos en el país desde los años ochenta.

Ante este panorama, continuaban entrando órdenes de venta, mientras se extiende la sensación entre los inversores de que se ha comenzado el anticipado movimiento corrector en las bolsas, tras fuertes avances que habían situado a algunos índices en máximos históricos.

En cuanto a valores concretos, Técnicas Reunidas y Gamesa, dos compañías históricas del Ibex, han sufrido severos descensos tras presentar sus cuentas correspondientes al tercer trimestre, con fuertes recortes de sus beneficios  y anuncios de revisiones a la baja en sus previsiones de resultados.

Este viernes, el selectivo español ha compartido comportamiento negativo con las principales plazas europeas. El parqué de Londres ha sufrido la mayor caída, del 0,68%, mientras que las Bolsas de París y Fráncfort han retrocedido un 0,54% y un 0,42%, respectivamente.

Mientras, en los mercados de deuda, la prima de riesgo española se situaba en los 114,8 puntos básicos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 1,572%. En los mercados de divisas, el euro se intercambiaba por 1,16551 dólares.