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Así se logra una transición energética justa y un impacto positivo en las comunidades locales

Alcanzar la descarbonización total en el año 2040 y, al mismo tiempo, asegurar un futuro prometedor en las zonas afectadas es un compromiso que requiere de acciones determinantes, como los planes Futur-e, cuyo objetivo es mitigar el impacto que esos cierres puedan tener sobre la población.

Proceso de voladura de las tres torres de refrigeración de la central térmica de Andorra, en Teruel

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La meta de alcanzar la descarbonización total en el año 2040 conlleva un camino de compromiso por parte de los implicados. No se trata solo de cerrar centrales de carbón para promover una transición energética justa, sino de que la población local de las zonas afectadas encuentre un futuro alternativo prometedor. El impulso de iniciativas para conseguir un impacto positivo en esas comunidades locales se ampara en puntos de vista sociales, medioambientales y económicos, y marcha a buen ritmo gracias a acciones como las que plantean los planes Futur-e.

En su firme compromiso por la descarbonización total en el año 2040, Endesa se está adelantando a los plazos marcados y ha previsto el cierre de todas las plantas de carbón en 2027, tres años antes de lo esperado. Pero eso no es todo. Consciente del nexo histórico que tiene con las centrales desde sus inicios, la compañía se ha propuesto liderar ese proceso de cambio gracias a un plan de Transición Justa, cuya finalidad es impulsar iniciativas que repercutan en un impacto positivo en las comunidades locales. Es decir, dotar de prosperidad a esas zonas. Esa es la base de sus planes Futur-e para las instalaciones térmicas en proceso de cierre, que acabarán concretándose en la puesta en marcha de un modelo de generación de energía sin emisiones, y que ha sido estructurado en cuatro ejes:

Proceso de desarrollo de los planes Futur-e de Endesa

Hacia la transición energética

Estas iniciativas son "planes voluntarios que hemos desarrollado por responsabilidad con las zonas"

En la actualidad hay tres instalaciones de carbón de Endesa que están en proceso de desmantelamiento. Se trata de las centrales de Andorra (Teruel), Compostilla (León) y Carboneras (Almería). Pero la compañía también solicitó en 2019 el cierre de la central de As Pontes (A Coruña), cuya resolución espera obtener este año; y la de Es Murterar, en Alcudia (Baleares) está funcionando únicamente con dos de los cuatro grupos de carbón que tenía, y así será hasta que se produzca el cierre definitivo. Todas estas infraestructuras cuentan con planes Futur-e adaptados en función de las características de cada entorno.

Andorra, demolición selectiva y empleo en la zona

Durante sus cuatro décadas de actividad, la central térmica Teruel, situada en la localidad de Andorra, ha producido 224.000 GWh, el equivalente al consumo de electricidad de toda la Península durante un año. Endesa presentó en diciembre de 2018 la solicitud formal de cierre y, en paralelo, aportó de forma voluntaria un plan de futuro destinado a compensar sus efectos con medidas concretas para el desarrollo de actividades económicas y de generación de empleo en la zona de la central.

Litoral, una iniciativa única en España

Central Térmica Litoral de Carboneras, en Almería

La Central Térmica Litoral de Carboneras, en Almería, fue desconectada de los principales equipos de generación en diciembre de 2021, tras casi cuatro décadas prestando servicio. Durante su vida útil ha generado 183.628 GWh, el equivalente al consumo eléctrico de toda Andalucía durante cuatro años y medio. Su desconexión estuvo acompañada de un plan Futur-e modelado durante años, que incluía el lanzamiento de un concurso internacional para la búsqueda de proyectos de desarrollo económico e industrial en los terrenos de la central una vez cerrada.
Además de las propuestas recibidas, están en estudio proyectos que permitirán generar empleo en la zona gracias a la energía verde.

Compostilla, apuesta por el sector eólico

La central de Compostilla, entre Cubillos del Sil y Ponferrada, en León, está siendo desmantelada en un proceso que durará unos 48 meses y en el que trabajan 156 personas, el 78,2 % de ellas residentes en la comarca del Bierzo, a los que Endesa ha dado prioridad. El concurso internacional lanzado por Endesa dentro de sus planes Futur-e permitió seleccionar siete proyectos empresariales que se implantarán en Cubillos del Sil y que generarán 160 puestos de trabajo, con una inversión de más de 260 millones de euros y una clara orientación hacia la economía circular.

Los 4 principios del proceso de desmantelamiento circular.

Entre las nuevas compañías que Endesa lleva a la zona destaca una planta de reciclaje de palas eólicas, en alianza con Prezero y General Electric y su filial LM Wind Power. Esta factoría vendrá a paliar una grave carencia que afecta al sector eólico español, desprovisto de instalaciones de procesamiento. Gracias también a Futur-e se localizará en Cubillos una factoría de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos, en la que participarán Endesa y Urbaser a través de su filial Sertego, y que será la primera de su género en la Península. El plan Futur-e de Compostilla prevé igualmente el desarrollo de 625 megavatios renovables en la zona y una labor intensiva de capacitación profesional, con cursos para residentes que ya ocupan a 460 alumnos. Está previsto que la construcción de las instalaciones comience en 2023.

As Pontes busca emprendedores

El complejo de generación de As Pontes está al norte de la provincia de A Coruña. Es la mayor central térmica española, con 1.400 MW instalados, y está en funcionamiento desde 1976. Desde entonces ha sido objeto de tres grandes reformas para adaptarse a las normativas medioambientales y la última conllevó una inversión de 270 millones de euros. Endesa solicitó en diciembre de 2019 el cierre de la central y ya ha iniciado el proceso de transición recolocando a los 174 empleados de la central, así como a personal de empresas auxiliares. Habrá igualmente una amplia oferta de cursos de capacitación para facilitar el cambio de actividad, y elevadas inversiones en energías renovables previstas en su plan Futur-e. Endesa se propone desarrollar hasta 1.505 MW de capacidad eólica, con 1.581 millones de euros y con 125 puestos de trabajo estable en su operación y mantenimiento.