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El rescate bancario de Italia divide a Europa

Diversos grupos políticos de la UE denunciar que la operación de liquidación de los bancos de la región del Véneto, entregados a Intesa Sanpaolo con ayudas públicas, se opone a normas comunitarias y daña integración europea

Banderas de la UE delante de la sede del BCE en Fráncfort. REUTERS/Kai Pfaffenbach

John O'Donnell/Reuters

La liquidación multimillonaria de dos bancos italianos generó fuertes críticas por dañar un proyecto diseñado para apuntalar la confianza en la zona euro tras la crisis financiera.

Mientras los políticos digerían los detalles del rescate, que implica ayuda estatal en lugar de que los inversores soporten la mayor parte del coste, muchos criticaron a Roma por haber roto el espíritu del marco de la unión bancaria-- y a la Comisión Europea en Bruselas por permitirlo.

Bajo el acuerdo firmado el fin de semana, Italia pagará más de 5.000 millones de euros a Intesa Sanpaolo, su principal banco comercial, para que tome los mejores activos de dos bancos fallidos del Véneto, protegiendo a Intesa con hasta 12.000 millones de euros de un esquema de garantías contra pérdidas.

Esto rompió un principio acordado entre los líderes europeos y consagrado en la ley de la UE consistente en que los inversores deberían pagar por los fracasos bancarios, y no el Estado.

"Todo fue para nada", dijo Philippe Lamberts, un miembro del Partido Verde belga en el Parlamento Europeo que pasó meses negociando y escribiendo la ley presentada el año pasado.

"Es un mal día para Europa. Es otro golpe a la integración europea", dijo, describiéndolo como un "gran golpe" al propio euro y daña la imagen del Banco Central Europeo, que supervisa a los mayores bancos de Europa.

Sven Giegold, un europarlamentario que ayudó a negociar la ley, pidió una investigación en la cámara por ignorar la norma, atacando a la Comisión, el Ejecutivo de la UE, que tenía la última palabra para aprobar el esquema de ayudas.

Los inversores respiraron aliviados tras la decisión, con subidas de las acciones, mientras Italia buscaba presentar la operación con un halo positivo.

La operación termina con uno de los principales problemas bancarios del país. Un responsable del Banco de Italia llegó a decir que el país podría incluso sacar beneficio con el acuerdo.

Pero los eurodiputados lo vieron con un tono más sombrío.

Gélida acogida

Markus Ferber, eurodiputado alemán, dijo que Italia no había respetado las nuevas normas y vaticinó que Alemania sería reacia a buscar mayores lazos en la zona euro.

"Esto lleva al cementerio la unión bancaria", dijo Ferber, miembro del conservador CSU de Baviera, un partido hermanado al de la canciller Angela Merkel.

"No tiene sentido tener más integración", dijo, mencionando el ejemplo de la protección paneuropea de depósitos, el siguiente paso previsto para el proyecto de la unión bancaria. "Nadie puede seriamente dar a Italia acceso a la protección de depósitos", dijo.

Alemania, preocupada por si tendría que pagar la cuenta de bancos fracasados en países como Grecia o España, ha sido protagonista a la hora de escribir una norma que fuerza las pérdidas de tenedores de bonos y grandes depositantes de bancos en liquidación.

El ministro de Finanzas alemán dio a la operación una gélida acogida.

"El uso de ayuda estatal se debería evitar lo máximo posible en casos de quiebra", dijo una portavoz del ministro de Finanzas Wolfgang Schaeuble, añadiendo que le corresponde a la Comisión velar por el cumplimiento de las normas.

Las sedes de Banca Popolare de Vincenza y de Veneto Banca. REUTERS

Las sedes de Banca Popolare de Vincenza y de Veneto Banca. REUTERS

Roma esperaba que bancos italianos más saneados pudieran unirse para ayudar a los que estaban en apuros, Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca. Pero la mayoría no quiso tras haber gastado miles de millones en ayudas a otros bancos con problemas.

El paso de Italia al margen del régimen de la UE supone cuestionar todo el nuevo marco y si se puede usar en lugar de los rescates con dinero público.

La actuación también arroja sombras sobre el BCE, que superivsa los bancos y los consideraba solventes hasta hace poco. El banco central rechazó hacer comentarios.

La solución italiana contrasta con el rescate de Santander a Popular, donde pagó sólo 1 euro pero se quedó con los préstamos del banco e impuso pérdidas a los accionistas, incluidos los pequeños inversores.

Alberto Ruiz Ojeda, abogado de la asociación de accionistas minoritarios AEMEC que lidera una acción por la liquidación de Popular, dijo que la medida de Italia alentaría a que hubiera más demandas de quienes perdieron dinero.

"Intesa Sanpaolo se va a beneficiar de un esquema del que Banco Santander no ha podido", dijo. "Lo que vemos es un trato discriminatorio e injusto. Esto alentará más demandas de accionistas y bonistas de Popular", añadió.

Los diputados de otros países, además de Alemania, también manifestaron su pesar.

Los bancos griegos recibieron un tratamiento mucho más duro y aún siguen en vigor los controles de capital impuestos para controlar sus débiles bancos.

"El mundo no es justo. Es obvio que Italia es un país diferente a Grecia", dijo Kostas Chrysogonos, eurodiputado del partido griego de izquierda, recordando los estrictos términos impuestos a Atenas. (información adicional de Joseph Nasr en Berlin, Silvia Aloisi en Milán y Jesús Aguado en Madrid; Editado por Catherine Evans. Traducido por Rodrigo de Miguel en la Redacción de Madrid)

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