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El Acuerdo de Gernika defiende la paz "sin vencedores ni vencidos"

Una treintena de expresos escenifica la adhesión de los miembros de ETA encarcelados a este pacto

 

GUILLERMO MALAINA

La izquierda abertzale ilegalizada, EA, Aralar, Alternatiba y el resto de fuerzas firmantes del Acuerdo de Gernika reivindicaron ayer un escenario de normalización política y paz en Euskadi 'sin vencedores ni vencidos'.

Las fuerzas que promueven este pacto se reunieron en el Teatro Lizeo de la villa foral para celebrar el primer aniversario de su firma en un acto que sirvió, además, para escenificar la anunciada adhesión del Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK), que integra a los miembros de ETA encarcelados. Su apoyo representa un paso relevante, dado que el Acuerdo de Gernika es la hoja de ruta seguida por la propia izquierda abertzale para abrir un ciclo político sin violencia dentro de la nueva estrategia definida por las vías exclusivamente políticas. En una ceremonia cargada de simbolismo, con la proyección de una gran llama en la pantalla del teatro, 27 expresos de ETA subieron al escenario entre aplausos para dar lectura a un manifiesto del EPPK. En su nombre, la exreclusa Itziar Galardi reivindicó el deseo de este colectivo de tener un 'papel activo' en el proceso de paz siguiendo los compromisos fijados en el Acuerdo de Gernika. 'Sigamos por este camino', señaló, tras defender el retorno de los presos a Euskadi.

'No queremos actuar ‘a favor' de los presos, sino ‘con' los presos. Vamos en el mismo tren', añadió, antes de que otros dos exreclusos, Jon Agirre Agiriano y Gloria Rekarte, firmaran la adhesión del EPPK al Acuerdo de Gernika ante dos centenares de personas. Al acto acudieron, entre otros, los miembros de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria y Jone Goirizelaia; el secretario general de EA, Pello Urizar; el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, y el portavoz de Alternatiba, Oskar Matute.

Los firmantes de este pacto reivindicaron en otro manifiesto la necesidad de alcanzar una paz 'sin vencedores ni vencidos', un objetivo que, según su análisis, 'aún no está interiorizado' por parte del Estado, a la vista de que no ha dado los pasos requeridos desde hace un año. Se trata fundamentalmente de la legalización de Sortu, el cese de la política penitenciaria, la abolición de la doctrina Parot y la revisión de los procesos jurídicos contra la izquierda abertzale 'derivados de su actividad política'. Sólo cumplidos estos requisitos podría abrirse un escenario 'sin violencia' para iniciar un proceso de diálogo, según las fuerzas del Acuerdo de Gernika: 'Queremos comunicar a Euskal Herria que, en estos momentos, son esas actitudes y esa política [del Estado] el mayor peligro que tiene el proceso'.

Los firmantes del pacto centraron así el nivel de exigencia en el Gobierno, al entender que el alto el fuego declarado por ETA el pasado 10 de enero es 'muy positivo y de gran valor'. 'Siendo una de la expresiones más violentas del conflicto, sin lugar a dudas, esa decisión ha posibilitado que el proceso se active', añadieron, antes de emplazar al Estado y a la propia organización armada a cooperar para 'estabilizar una situación sin ningún tipo de violencia'.

Los firmantes del Acuerdo de Gernika anunciaron que dentro de su dinámica de trabajo los próximos meses estará el 'reconocimiento a todas las víctimas', la búsqueda de nuevas adhesiones entre partidos políticos y sindicatos, así como el impulso de la movilización de la sociedad vasca para que sea parte activa en el proceso. La próxima cita para ello será una manifestación el 22 de octubre en Bilbao con el lema 'Euskal Herriak konponbidea nahi du' (Euskal Herria quiere la solución).

Al término del encuentro, el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, significó que la adhesión al Acuerdo de Gernika del colectivo de presos de ETA es un paso que acerca el proceso de paz a la 'irreversibilidad'. Y defendió que este pacto, 'que nadie ha criticado', está abierto a todas las fuerzas que deseen suscribirlo. 'Si viniera a firmarlo Mariano Rajoy, le regalaríamos un bolígrafo', ironizó.

Pello Urizar también destacó la relevancia de que el EPPK se adhiera al documento, dado que representa a los más de 700 miembros de ETA encarcelados en la actualidad. A juicio del secretario general de EA, el Gobierno debe ahora dar pasos, aunque, admitió, la coyuntura no sea la más adecuada por la cercanía de las elecciones generales, el 20 de noviembre. 'Lo que sí creo es que el Gobierno tiene posibilidades de hacer cosas sin que sean públicas', añadió, en alusión a la implicación del Gobierno británico en el proceso de paz de Irlanda del Norte.

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