Este artículo se publicó hace 13 años.
Adiós a la Victoria franquista
Barcelona retira del centro de la ciudad el último gran símbolo de la dictadura
La escultura de la victoria franquista de Barcelona ya es historia. Ayer, el ayuntamiento retiró el monumento colocado a los pies de un obelisco republicano, en la confluencia del paseo de Gracia con la Diagonal. La Victoria era el último de los grandes símbolos de la dictadura que quedaba en la ciudad. Fue instalado en 1940 para conmemorar la entrada de las tropas franquistas en Barcelona un año antes.
La retirada del monumento, que se llevó a cabo en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica, se hizo ante unas 200 personas que portaban una decena de banderas republicanas, y que lanzaron consignas a favor de la República. Algunos lloraron emocionados. "Para nosotros era un insulto", dijo Joan Aguirre, miembro del Ateneu Republicà de Gràcia.
Cuatro metros de bronceLa Victoria, obra de Frederic Marès, es de bronce y mide más de cuatro metros. En la mano derecha enarbola un ramo de laurel y en la izquierda una victoria alada. El monumento se colocó en la Diagonal el 26 de enero de 1940 para conmemorar la entrada de las tropas franquistas. El lugar escogido fue un obelisco construido durante la Segunda República, en la década de los treinta, en homenaje al presidente de la Primera República, Francesc Pi i Margall.
En diciembre de 1939, un mes antes de la inauguración de la Victoria, los franquistas retiraron un medallón con el rostro de Pi i Margall y la escultura original de Josep Viladomat, que representaba la República y que presidía el obelisco desde abril de 1936.
La obra de Viladomat fue la que ganó el concurso convocado por las autoridades republicanas para elegir el monumento del obelisco y, curiosamente, en segundo lugar quedó Marès. Cuatro años después, Marès recibió el encargo de hacer una alegoría a la victoria franquista y ofreció la que hizo para el concurso, que representaba una figura femenina con los pechos desnudos. Aunque fue inaugurada así, Marès tuvo que acabar vistiendo su obra con una túnica.
El alcalde de Barcelona, JordiHereu, explicó que la intención es restaurar la escultura de la Victoria, porque "tiene un valor cultural", y cederla a la colección contemporánea del Museu de Història de la Ciutat, donde se exhibirá desde finales de 2012.
Josep Cruanyes, del colectivo Comissió de la Dignitat, afirmó que se ha hecho llegar una petición al ayuntamiento para que devuelva la escultura original a la Diagonal. Ahora, la obra de Viladomat y el medallón se exhiben en la plaza de Llucmajor, en el distrito de Nou Barris. Durante la dictadura la escultura se guardó en un almacén.
El consistorio barcelonés ha rechazado la propuesta y, de momento, no tiene previsto hacer cambios en el obelisco. Tampoco se retirará un escudo monárquico, colocado durante la transición, para que vuelva a lucir una inscripción en honor a Pi i Margall y que está tapado por una losa.
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