Este artículo se publicó hace 16 años.
Aguirre y Camps levantan recelos en el PP
En el partido ven "inhabilitados a los dos dirigentes para la sucesión
En el PP son cada vez más los dirigentes que se confiesan hartos de que su partido esté siempre en boca de todos por los líos internos que tienen y no por las propuestas que lanzan.
La opinión que se está extendiendo en las filas conservadoras es que no sólo Alberto Ruiz Gallardón, con su insistencia por entrar en las listas, se ha equivocado. También la cerrazón de Esperanza Aguirre, para que no fuera, ha terminado molestando a la mayoría.
Inhabilitados
Su actuación ha levantado recelos. "Ninguno de los dos ha estado a la altura", asegura un diputado. Para otro, cercano a Rajoy, "ambos han quedado inhabilitados de cara al futuro". Una amplia representación del PP piensa que después de esta crisis "todo el mundo ha visto como se las gastan y hasta donde están dispuestos a llegar".
En definitiva, cunde la sensación de que son "poco fiables" y en este partido "hay cosas que no se perdonan".
El tenso encuentro que se produjo el pasado martes fue uno de los últimos capítulos de la convulsa situación que vive el partido a mes y medio de las elecciones. A estas alturas la imagen que el PP termina proyectando sobre los ciudadanos es la de un partido dividido, con dirigentes más preocupados por sus propios asuntos que por el interés general.
Además, se ha destapado, ya sin remedio, la lucha por el poder y en esa carrera sucesoria, se detecta la clara desconfianza que hay en la victoria de Rajoy. Desde luego en caso de que se produzca la sucesión "después de lo visto, ésta no pasa por ellos. Si alguien dudaba entre uno y otro, ahora lo tiene claro".
Pero a día de hoy, en la foto fija se ve a una presidenta de la Comunidad triunfante, a un alcalde derrotado y a un líder aferrándose a su fichaje estrella, Manuel Pizarro, como su tabla de salvación.
Para algunos, Aguirre ha sido la que mejor ha sabido rentabilizar la polémica, llevándose la gloria junto al ex presidente de Endesa en la presentación de éste como candidato. Su mensaje, plagado de indirectas hacia Gallardón, desagradó a algunos de sus compañeros que no se explican su saña.
En Génova creen que "Esperanza declaró la guerra de sucesión".
Al otro lado, y mientras Rajoy aguarda a que escampe, ha aparecido un Gallardón desolado que primero abandonaba la política, luego se daba un tiempo de reflexión y después le prometía a Fraga que no lo haría.
El alcalde se quitó de en medio yéndose a un viaje oficial a Moscú pero hoy vuelve al redil haciendo campaña con el partido.
Imposición
Pero los objetivos no sólo se han fijado en ellos. También se han girado hacia la Comunidad valenciana donde Francisco Camps ha logrado finalmente imponer a Esteban González Pons como sustituto de Eduardo Zaplana al frente de la candidatura por Valencia.
El sector zaplanista está que trina y, sobre todo, pendiente de ver lo que les depara el futuro. Zaplana ha hecho las gestiones con Rajoy para que en las listas, permanezcan algunos de los suyos. Pero no saben el desenlace porque nunca antes en la historia del PP se habían elaborado unas listas dejando tan al margen al partido.
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