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Ahora que Juan Costa ya no es amigo de los nacionalistas

El dirigente del PP, a quien promueve el sector más duro para relevar a Rajoy, mantiene buena relación con CiU 

FERRAN CASAS

Los mismos que animan a Juan Costa a optar a presidir el PP son los que se han alejado de Mariano Rajoy cuando han intuído, que no comprobado, un pérfido acercamiento a nacionalistas catalanes y vascos. Y es que Juan Costa, a quien otros nacionalistas, los españoles, llevan en volandas, no sólo ha tenido (y tiene) relaciones cordiales con CiU. Su trato es aún bueno y el recuerdo que destacados dirigentes de la federación que lideran Artur Mas y Josep A. Duran i Lleida tienen de él es “dulce” y de amistad.


Por eso en CiU se muestran sorprendidos porque se “eche en manos” del sector más duro del PP caso que acabe presentado candidatura en el congreso de junio. La única explicación que encuentran sus aún amigos catalanes es que se esté “dejando querer” por el riesgo de que Rajoy le aparte de la primera línea política.


De la fantástica relación de CiU con él cuando era el segundo de Rodrigo Rato dan fe, y lo hicieron para Público, nombres como Macià Alavedra, Francesc Homs o Josep Sánchez Llibre, que ayer coincidieron en un acto para pedir un mejor sistema de financiación autonómica para Catalunya. El modelo del año 1996, que posibilitó la primera investidura de Aznar y del que se quedaron fuera las autonomías del PSOE, lo negoció a fondo con ellos Costa mano a mano con Rato.


El que sería vicepresidente se ocupó de la vertiente más política y él de la más técnica con una “gran sensibilidad” hacia los planteamientos de los nacionalistas aceptando por ejemplo sacar los “topes” del IRPF. La relación se intensificó en la secretaria de Estado de Hacienda. Una actitud que, pese a la posterior mayoría absoluta, ya no abandonaría.


A Costa, que invitó a su boda a Sánchez Llibre, se le esperaba incluso a cenar una noche de abril de 1996 en el hotel Majestic. Allí PP y CiU celebraron la alianza para investir a Aznar. Rajoy y Rato estuvieron pero él no porque pese a su protagonismo en la cocina “no quiso fotos”.


El que fue número dos de Rato no sólo tiene confusa a CiU, a quien lanzó guiños en la campaña del 9-M . Su actitud también crea incomodidades familiares. Su hermano Ricardo, alineado con Camps, evitó ayer pronunciarse sobre qué hará Juan y apoyó a Rajoy después del sonoro portazo de Elorriaga, que pasaba por moderado.

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