Andalucía resarcirá a las mujeres represaliadas por el franquismo

En Auschwitz, una urna gigantesca llena de pelos, impide olvidar el escarnio que sufrieron las mujeres durante el nazismo. En España, durante la guerra y la dictadura, muchas madres, hijas o hermanas de los rojos –algunas desnudas– fueron paseadas por los pueblos con la cabeza rapada al cero, pero no hay ninguna urna ni documento que las saque del olvido. Para curar esa amnesia colectiva, la Junta de Andalucía ha acordado indemnizar con 1.800 euros a todas aquellas mujeres que fueron sometidas a vejaciones y torturas.

“Fueron violadas o ultrajadas por el hecho de ser mujer”, aseguró ayer la consejera de Justicia, Begoña Álvarez, tras mantener un encuentro con las asociaciones de memoria histórica. La mayoría ya no vive, pero lo importante, más allá de la indemnización, es el reconocimiento público de estas humillaciones, según explican las asociaciones que llevan años pidiéndolo.

Como el caso de La Luna, una mujer de Utrera (Sevilla) a la que le acusaban de celebrar reuniones anarquistas en su casa. “Cuando entran las tropas rebeldes, ella se va, pero se deja a un familiar atrás y vuelve, la cogen y la rapan, le dan aceite de ricino y la arrastran atada a la cola de un caballo antes de fusilarla”, cuenta la historiadora Pura Sánchez, que afirma que la mujer siempre ha sido el “botín de guerra”.

Ante la ausencia de pruebas documentales, Justicia creará una comisión que analizará cada caso. El decreto estará listo en dos meses. De las 2.742 indemnizaciones concedidas a represaliados del franquismo, en virtud de la Ley de Memoria Histórica, sólo el 5% han sido recibidas por mujeres.