Este artículo se publicó hace 17 años.
Desaparecen dos cintas, pruebas en el jucio de espionaje a las cajas de ahorros andaluzas
La desaparición se produce después de que cinco peritos confirmasen la manipulación de la grabación en la que se basó la información de El Mundo sobre el espionaje a los pre
Las dos copias de la cinta de vídeo en la que el espía Antonio Castellano asegura que "entre Pino, Pizarro y Chaves" le mandaron a seguir a Benjumea y Beneroso han desaparecido, una de ellas por robo y la otra por extravío. Por este motivo se aplaza hasta el miércoles el juicio que enfrenta al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, y al diario El Mundo por un presunto delito de injurias que dicho rotativo supuestamente cometió al publicar una noticia el 29 de noviembre de 2001 que acusaba a Chaves de espiar al que fuera presidente de la Caja San Fernando, Juan Manuel López Benjumea.
El secretario del Juzgado de Instrucción número 1 de Sevilla ya hizo constar en el año 2005, aunque hasta ahora no ha trascendido, que "de las dos cintas sólo existe una dado que la otra fue robada de la caja fuerte del juzgado el 27 de julio de 2005". Añade además que el contenido de la cinta robada es "idéntico" al de la que se encontraba en el archivo general de efectos judiciales y que no aparece por causas desconocias.
Si el miércoles sigue desaparecida, la abogada de los dos periodistas de El Mundo acusados pedirá la nulidad de actuaciones.
La desaparición tuvo lugar después de que cinco peritos de la Policía Científica confirmasen al Juzgado Penal 3 de Sevilla la manipulación de la grabación en la que se basó la información de El Mundo sobre el espionaje a los presidentes de las cajas sevillanas presuntamente ordenado por Manuel Chaves, como secretario general de PSOE-A, y otros dirigentes socialistas.
La cinta aportada por Juan Manuel López Benjumea, ex presidente de Caja San Fernando, fue robada dentro de una oleada de sustracciones en distintos Juzgados de Sevilla, pero entonces no se notificó tal hecho a las partes, aunque se cursó la oportuna denuncia.
La sorpresa se produjo cuando dichas partes se dispusieron a visionar el segundo vídeo, que había aportado al Juzgado el diario El Mundo, y comprobaron que tampoco estaba.
El sobre cerrado entregado para el juicio a la secretaria judicial contenía en realidad la cinta con la grabación de la cámara de seguridad de la sede central de la Caja San Fernando en Sevilla, otra de las pruebas aportadas.
En la grabación desaparecida, el supuesto espía Antonio Castellano atribuía presuntamente a Manuel Chaves haber ordenado en el año 2001 el seguimiento a los presidentes de las cajas de ahorros sevillanas, en una época conflictiva por la renovación de cargos en el que estaban inmersas.
Junto a Benjumea, en el banquillo se sientan el detective al que contrató, Joaquín Corpas; Francisco Rosell, director de El Mundo en Andalucía y el periodista Javier Caraballo, acusados por Chaves y otros líderes socialistas de un delito de injurias por publicar una información que consideran falsa.
El juicio quedó suspendido hasta el próximo miércoles, tiempo durante el cual el Juzgado Penal 3 intentará localizar el vídeo desaparecido en el depósito general de los Juzgados sevillanos o incluso en la Comisaría de la Policía Judicial de Madrid, a la que se enviaron ambos para realizar los informes periciales.
Nulidad desde el momento del robo
En caso de que no aparezca, la abogada de El Mundo, Cristina Peña, ha anunciado a los periodistas que pedirá la nulidad de actuaciones desde el momento del robo, lo que obligará a presentar de nuevo los escritos de calificación sin una prueba que -ha recordado- fue la que originó todo el proceso.
El Juzgado que instruyó el caso denunció en julio de 2005 el robo de la cinta y de otros efectos depositados en su caja fuerte, pero no lo notificó al Juzgado Penal que debía enjuiciar el caso hasta el 31 de mayo de 2007.
Este Juzgado, por su parte, dejó la comunicación junto al resto de documentos del juicio, pero no lo notificó oficialmente a las partes hasta hoy, fecha en la que además confiaba en poder exhibir la segunda cinta.
Por otra parte, los cinco peritos policiales confirmaron hoy las discontinuidades, cortes, saltos y alteraciones que presentaban las dos grabaciones, lo que a su juicio demuestra que fueron manipuadas, con independencia del hecho de que se grabó el audio por un lado y el vídeo por otro, reconocido por los propios autores.
Los peritos, que declararon por videoconferencia desde Madrid, certificaron que la conversación entre el detective Corpas y el supuesto "espía" Castellano es muchas veces ininteligible hasta el punto de no poder precisar el número de interlocutores y aseguraron que la grabación carece de "continuidad, no solo en los registros sino en el discurso semántico".
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