Este artículo se publicó hace 17 años.
El Ayuntamiento de Cádiz veta el arroz en las bodas
La administración municipal prohíbe la tradición nupcial para evitar "posibles caídas" y el deterioro el patrimonio artístico
Aquellos que van a las bodas sólo para tirar el arroz a los novios ya pueden quedarse en casa... si la ceremonia es en Cádiz. El Ayuntamiento, gobernado por Teófila Martínez (PP), prohíbe la tradición nupcial para evitar "posibles caídas" y que las palomas, que se alimentan de estos granos, sigan deteriorando el patrimonio artístico de la ciudad con sus excrementos, confirmó ayer a Público el teniente de alcalde de Patrimonio, José Blas Fernández. Es lo que dice una circular de normas de convivencia que el consistorio da a los novios. "Las iglesias también quieren prohibirlo, porque el arroz ensucia mucho", añade. La sanción puede llegar a los 300 euros, aunque todavía nadie ha sido multado.
Raquel y Antonio se casaron el 29 de septiembre. "Y no paramos de tirar arroz", comenta Rocío, una invitada. Ella también se casa, pero el año próximo, y se pregunta: "¿Y si lo recojo también me multan?". Como mínimo, se llevará un "puñaíto" hasta la iglesia de San Antonio, para no quedarse "estéril".
Justo al lado se ubica el bar Las Palomas. "Esa medida me parece absurda", dice Miguel Ángel Durán, un empleado. La iniciativa, sin embargo, no es nueva. Venecia ultima una ley con esta misma prohibición, que impide además la venta de granos en la ciudad. Otra cosa en común, aparte del carnaval. Pero en Cádiz, el asunto, ya tiene chirigota, la de Los Taxistas, que criticaron el odio de la alcaldesa a las palomas "por ser del partido de la gaviota."
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