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Aznar: «Zapatero se quiere cargar el país»

Un eclipsado Rajoy arremete contra el presidente del Gobierno por pedir “como un poseso el voto de los radicales”

María Jesús Güemes

Mariano Rajoy se encontraba en el mitin porque se le vio llegar, saludar a varios militantes y subirse al escenario para realizar el mismo discurso de siempre… Y si no fuera por eso alguien habría jurado que ni estaba ni se le esperaba. Un telonero le hizo sombra. No era ni más que menos que José María Aznar. No fue el único en compartir con el líder del PP la primera fila. También le acompañaban Ana Botella, Ángel Acebes, Jesús Posada, Juan José Lucas… Era como retroceder en el tiempo.


El PP celebró ayer en León, la tierra de Zapatero, su acto más multitudinario. La ocasión merecía un gran golpe de efecto. Los militantes conservadores no daban crédito. Con un discurso duro y españolista, el ex presidente del Gobierno estuvo apoteósico para los suyos, que le decían continuamente lo mucho que le querían.


El presidente de FAES y presidente de honor del PP se arrancó asegurando que su partido “va a mandar a Zapatero a casa” y que apoyaba a Rajoy “incondicionalmente”. A su juicio esta legislatura ha sido la de “mirar hacia atrás, la del rencor y la del resentimiento”.

Aznar en estado puro


“Aznar haciendo de Aznar”, dijo en el colmo de su éxtasis. Así se mostró. En estado puro y pidiendo el respaldo para su sucesor por cinco razones: para “fortalecer la nación española”; para “mejorar la convivencia democrática en España, deteriorada en estos años”; para “derrotar a los terroristas”, ya que no se puede “negociar la libertad de los españoles ni la autodeterminación”; para impulsar la economía española, porque ahora “vienen años duros y difíciles”; y, por último, para “volver a poner a España en el mundo”.


Además invocó la Transición recordando que todo el mundo había trabajado por hacer una España mejor y no a repetir “la historia de las tumbas, de las muertes o de las trincheras…”. La multitud le homenajeaba con piropos. Sobre todo al llegar el colofón. “Ahora no hay derecho a repetir cuatro años con un señor diciendo que hay que mirar atrás, que hay que cargarse el país y que hay que deshacer todo lo que los españoles hemos construido”.


También fue interesante verle pedir el voto de izquierda: “Estas ideas básicas pueden tener el apoyo de una mayoría de españoles que a lo mejor no se entusiasman con el PP, que a lo mejor no se entusiasman por Mariano y, a lo mejor, dice usted tiene el bigote torcido. Lo que quieran. Pero sienten que Rajoy y el PP las puede interpretar mejor”.


Por no verse eclipsado


Rajoy tuvo un discurso más plano porque, como en todas sus intervenciones, volvió a hablar de Gabilondo “y los problemas que afectan a los ciudadanos”. Pero gracias a Zapatero volvió a enganchar a su público. El líder del PP hizo públicas las notas que le daba al jefe del Ejecutivo socialista: “Empleo: insuficiente; economía familiar: muy deficiente; vivienda: insuficiente; política exterior: no presentado”, dijo para las risas de sus incondicionales. Y prosiguió: “terrorismo: muy deficiente; en geografía… no se ha presentado”. Conclusión: “¡Suspenso!”.


No fue la única arremetida. También le acusó de “engañar a todo el mundo durante todo su periodo al frente del Gobierno de España”. El remate llegó cuando le acusó de hacer que España lleve “cuatro años perdidos” y un tiempo repleto de “palabrerías”. En su opinión, Zapatero “huye de la moderación, del equilibrio y de la razón y va como desesperado y como un poseso a pedir el voto de los radicales”. El sucesor
le dio las gracias a su “padre” político: “En mi memoria, en mi cabeza y en mi corazón, estarás siempre”. El mensaje era casi como su lema de partido.

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