Este artículo se publicó hace 13 años.
El bachillerato de Aguirre fracasa entre los alumnos
Sólo un 9,2% de los estudiantes excelentes quiere ir a un centro para ellos
El Bachillerato de Excelencia que Esperanza Aguirre ofreció como proyecto educativo estrella en la reciente campaña electoral no convence a los supuestos interesados, los alumnos a los que va dirigido. Tan sólo un 9,2% de los 2.278 alumnos con más de un 8 de media en la ESO, que se presentaron ayer a la convocatoria de los premios extraordinarios, marcaron en su examen la casilla para estudiar el próximo curso en el IES San Mateo, donde se impartirá el experimento.
"No creo que los dos o tres repetidores que tenemos en clase nos hagan ir más despacio. De hecho son igual de listos, pero son más vagos", explica Adrián de Miguel, alumno de 16 años del IES Alameda de Osuna, tras terminar el examen en el IES Virgen de la Paloma. Los alumnos se examinaron ayer para competir por el viaje cultural a Italia y los mil euros con los que están dotados los 25 premios de Excelencia en ESO, que concede cada año la Comunidad de Madrid.
"Los repetidores no nos hacen ir más despacio", opina un examinado
El Bachillerato de Excelencia es una oferta educativa que la Consejería de Educación ofrecerá a cerca de cien alumnos sobresalientes para el próximo curso. "Excelencia, trabajo, esfuerzo, estudio, talento y dedicación", prometió Aguirre cuando explicó las características del futuro curso. "Mi hija ni se lo plantea", responde Margarita Fuente mientras espera que su hija finalice la prueba. "A lo mejor, separarse de sus amigos y de su entorno hace que le vaya peor", añade Fuente, que ha matriculado a su hija en el colegio concertado Hermanos Amorós.
Dos velocidades"El problema es que Aguirre parece ahora querer utilizar ese lema, la excelencia, para hacer un bachillerato de dos velocidades, es decir, no para cuidar especialmente a una minoría elegida con mucho cuidado sino para dividir burdamente a la mayoría", analiza el sociólogo de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, Mariano Fernández Enguita.
"Aguirre divide burdamente a la mayoría", opina Enguita
"Creo que mi hijo sí que se ve retrasado por los que van peor en clase. No sé si sacarle sería bueno, pero necesita que le exijan más porque aprueba con más facilidad", señalaba en la puerta del Virgen de la Paloma Amada Gómez, madre de un alumno del colegio concertado Jesús María.
"No es lo mismo un niño que estudia en el barrio de Salamanca que en la periferia de Madrid, pero lo que hay que hacer es dar más autonomía a los centros para que hagan una enseñanza más individualizada", destacó el pasado miércoles el secretario de Estado de Educación, Mario Bedera, al señalar que las grandes diferencias en la educación española aparecen dentro de un mismo centro.
"Son alumnos que quieren especialmente estudiar, que están dispuestos a dedicarle más horas al estudio y que son buenos alumnos porque lo han demostrado en Secundaria", resumió ayer en una conferencia de prensa la vicenconsejera de Educación, Alicia Delibes. Pese a ensalzar la excelencia de la docencia y el cuidado de la selección de los alumnos, la consejería se esforzó ayer en destacar que el proyecto no se diferencia "gran cosa" de lo ofrecido al resto de alumnos.
"Teniendo en cuenta la porquería de educación que tenemos, separarnos en grupos no es lo indicado", concluyó con firmeza la alumna Laura Prieto, al término del examen.
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