Este artículo se publicó hace 14 años.
Barroso se compromete a acelerar el programa de Zapatero para la UE
La Comisión y el Gobierno español coinciden en la prioridad de la estrategia para salir de la crisis
José Luis Rodríguez Zapatero obtuvo el compromiso de José Manuel Durão Barroso de acelerar las actuaciones que dependen de la Comisión Europea para corregir el retraso en el desarrollo del programa de la presidencia de turno de la UE que desempeña España desde enero hasta junio.
Este retraso se manifestó en el hecho de que hasta no pudo celebrarse la habitual reunión del Gobierno que ejerce la presidencia semestral con la Comisión Europea. Tendría que haberse producido el 8 de enero, pero se ha demorado mes y medio por las complicaciones que surgieron en la composición definitiva del organismo comunitario.
El nuevo rumbo económicoLos 27 miembros de la Comisión Europea y los ministros del Gobierno español, con Barroso y Zapatero a la cabeza, coincidieron en que la prioridad es la recuperación económica y la creación de empleo, objetivos que se quieren alcanzar preservando el modelo social europeo.
"Europa debe aspirar a más que salir a flote", dice Barroso
"Europa debe aspirar a más que salir a flote. Debe emprender un nuevo rumbo sin dejarse arrastrar y no hay tiempo que perder", afirmó Barroso, que calificó de "excepcional" la "contribución con ideas concretas" de la presidencia rotatoria de Zapatero.
Barroso confirmó que la Comisión presentará el 3 de marzo su comunicación con "propuestas detalladas" sobre la estrategia de crecimiento y empleo, cuyas "líneas generales" se quieren aprobar en el Consejo europeo del 27 y 28 de ese mes. Para contribuir a que se cumpla este calendario, los consejos de ministros sectoriales empezarán ya a trabajar en este asunto. El próximo lunes se abordará lo relacionado con la competencia.
La iniciativa popularLa Comisión Europea se comprometió a adelantar en un mes del 28 de abril al 31 de marzo la presentación del reglamento que precisa la aprobación de la iniciativa legislativa popular, con la que se pretende fomentar el concepto de ciudadanía europea. La idea es que requiera un millón de firmas, pero ha de determinarse el número de países del que procederán y el mínimo a exigir por cada Estado. Los parámetros que se manejan son un mínimo de ocho o nueve países y un 0,2% de firmas procedentes de cada uno de ellos.
La Comisión alaba la "excepcional contribución" española
El tercer compromiso de la Comisión al que el Gobierno otorgaba especial significación fue el asumido por la Alta Representante para la Política Exterior, Catherine Ashton, de presentar en abril su propuesta sobre el servicio exterior europeo. Aunque esta era la fecha prevista de antemano, existía temor a que no se cumpliera por el retraso en los trabajos previos. La prioridad de la presidencia española en este ámbito es impulsar la relación con América Latina, con el objetivo último de "abrir un nuevo espacio comercial" para la Unión Europea, tanto con Mercosur como con Centroamérica y la Comunidad Andina.
"Leal" colaboraciónA cambio de estos compromisos de la Comisión, Zapatero renovó el del Gobierno español de trabajar "con lealtad" para fortalecer la nueva arquitectura institucional europea y singularmente para "reforzar el papel" del órgano que preside Durão Barroso, al que se refirió como "guardián de los tratados".
Barroso le correspondió en las promesas de colaboración y ensalzó las "contribuciones políticas e intelectuales" de la presidencia española.
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