Bernuy rechaza el almacén a voz alzada

Bernuy de Porreros se apeó ayer de su futuro nuclear. La alcaldesa de la pequeña localidad segoviana, Yolanda Benito (PSOE), decidió no presentar al pueblo como candidato a alojar el almacén de residuos nucleares que el Gobierno ha puesto a concurso. Lo hizo tras escuchar el clamoroso rechazo de sus vecinos, que acudieron en masa a la reunión en el salón municipal a la que estaban citados en la tarde de ayer.

La alcaldesa confesó que la candidatura ya estaba incluida en el orden del día del próximo pleno municipal, previsto para el martes. Pero según aseguró la alcaldesa y confirmó la primera teniente de alcalde, Gloria Hernando, la candidatura no se enviará. "Ya se ha olvidado", sentenció esta última.

Enresa les sugirió aprobar la solicitud y después informar a los vecinos

Así terminaban unos días en los que este pueblo de unos 600 habitantes (500 de ellos acudieron a la convocatoria) y a 10 kilómetros del acueducto de Segovia ha sido el centro de atención en la comarca.

En verano, Benito y Hernando escucharon las noticias del concurso para albergar el Almacén Temporal Centralizado (ATC), para archivar el combustible gastado de las centrales nucleares españolas. Se reunieron en Madrid con miembros de Enresa, la empresa pública encargada de promover la construcción del ATC. Recibieron todo tipo de atenciones e incluso les ofrecieron guardaespaldas ante lo que pudiera suceder, asegura Hernando.

"Es muchísimo dinero, eso fue lo que nos motivó", confesó la alcaldesa

La candidatura sería una forma de ahuchar una inversión de 700 millones de euros en el municipio, donde la construcción está de capa caída.

Hernando asegura que los responsables de Enresa les recomendaron aprobar su solicitud en el pleno y después informar a los vecinos. Pero en su lugar, decidieron convocar una reunión informativa.

"Sólo esperábamos a gente del pueblo", decía ayer Benito para comenzar la improvisada asamblea abarrotada de periodistas, "pero somos más casi de fuera que de dentro". Defendió que el ATC sería "una oportunidad de desarrollo para el municipio y los pueblos de la comarca", que aportarían hasta 10 millones de euros al año.

"¿Qué sucederá si vuelca un camión?", preguntaba un vecino

"Es muchísima cantidad de dinero, eso fue lo que nos motivó", confesó Benito ante sus vecinos agolpados detrás de una fila de cámaras de televisión. Intentando sobreponerse a las continuas interrupciones y protestas de los asistentes, la alcaldesa argumentó que al ATC tiene "un diseño con un impacto ambiental mínimo" y que es "cien por cien seguro".

No pareció convencer a casi nadie. "Si de 8.000 municipios que hay en España sólo se presentan cuatro, esto no puede ser nada bueno", clamaba José Santamaría, un prejubilado que hace algunos días colgó frente al Ayuntamiento la pancarta que dice "Cementerio nuclear no. Bernuy no se vende". Confiesa que, desde que comenzó la polémica hace unos días, le han apoyado muchos de los vecinos que antes apenas le saludaban. "En este pueblo nadie ha pedido este almacén", espetaba en la reunión.

"¿Qué va a pasar con el transporte?", preguntaba otro vecino, "¿qué sucederá si vuelca un camión?".

La alcaldesa defendió que el ATC "podría llegar a crear 500 empleos". Llegó a ponerse de pie en su silla para mandar callar a sus vecinos mientras Hernando aporreaba la mesa. "Vamos a votar", reclamaban algunos, lo que inició una nueva pelea, pues Benito pidió que sólo votasen los empadronados, lo que dejaría fuera a muchas de las parejas jóvenes que usan Bernuy como una ciudad dormitorio cerca de la capital.

Abrumada por el desorden, preguntó a voz en grito "¿queréis o no queréis el almacén?". Un clamoroso "no" llenó el salón. La votación a voz alzada fue suficiente y la alcaldesa desistió de presentar la candidatura de Bernuy. "Esto se nos ha ido de las manos", lamentaba.