Este artículo se publicó hace 17 años.
Blázquez recupera la figura del cardenal Tarancón
Este año se cumple, sin celebraciones, el centenario de su nacimiento
El presidente de los obispos no sólo rescató del olvido palabras que su número dos o el portavoz de la Conferencia, Juan Antonio Martínez Camino, apenas conjugan, sino que desempolvó también un icono del aperturismo dentro de la Iglesia en el centenario de su nacimiento. El cardenal Vicente Enrique y Tarancón, el cardenal del cambio, gobernó la transformación de la Iglesia de la dictadura y la condujo a la democracia que estalló con la muerte de Franco.
"Tarancón, al paredón”
Este año se han cumplido sin apenas celebraciones cien años del nacimiento de este timón de la transición. Ricardo Blázquez ejemplificó ayer con su figura y recordó palabras del propio cardenal, fallecido en 1994. El presidente de los obispos resucitó las dos ideas que, en palabras del propio Tarancón, guiaron su trabajo al frente de la Iglesia de la transición: “Aplicar a España las enseñanzas del Concilio Vaticano II en lo referente a la independencia del la Iglesia de todo poder político y económico, y procurar que la comunidad cristiana se convirtiese en instrumento eficaz de reconciliación para superar el enfrentamiento entre los españoles que había culminado en la guerra civil”. Enrique Tarancón, figura demonizada por los rescoldos franquistas que aún se mantienen encendidos, era “un hombre a quien pusieron en un puesto difícil en un momento difícil”, según agradeció Ricardo Blázquez.
Un retrato suyo cuelga desde ayer en la galería en la que ya están todos sus sucesores al frente de los obispos. Con el óleo aún fresco, alguien decidió desenterrar del olvido un nombre al que los ultras fusilaron con rima y saña al emparejarlo para siempre con la palabra paredón. D
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