Este artículo se publicó hace 13 años.
Bono se retrata
El presidente del Congreso no aprueba la idea de su predecesor, Manuel Marín, de enviar una foto en lugar de un cuadro a la galería de expresidentes, como manda la tradición.
Podría decirse que José Bono se ha quedado a cuadros. Fiel a las tradiciones, el actual presidente del Congreso de los Diputados no quiere despedir la legislatura sin cumplir con una de las más antiguas prácticas —de esas que pasan de generación en generación— que se recuerdan en el parlamento: cada expresidente del Congreso tiene en una sala del edificio, la Galería Presidentes de la Cámara, un retrato realizado por algún pintor de cierto postín. Normalmente el presidente en activo presenta el cuadro de su predecesor en una ceremonia cargada de simbolismo. Así viene siendo desde 1810.
Sin embargo, el predecesor de Bono, el también socialista Manuel Marín, le ha trastocado los planes a Bono. En lugar de un retrato, Marín ha decidido que lo mejor es hacerse una fotografía. Marín no ha desvelado el porqué de su decisión. Algunos apuntan a razones de índole económica pues una fotografía es mucho más barata. Otros apuntan la posibilidad de que Marín lo haga porque eso de los cuadros le parece arcaico.
Sea cual sea el motivo, la idea no le ha gustado nada a Bono, que no ha podido disimular su malestar ante los periodistas que este jueves le preguntaron por la cuestión.
"La fotografía también es un arte y hay que considerarlo pero se me hace duro porque se trata de una pinacoteca, no es una colección de fotografías. Es de retratos pictóricos. A ver cómo podemos resolverlo, porque en la mesa con una excepción todos estaban en posición más radical que la mía", afirmó.
Conversación pendienteBono quiere hablar con Marín y convencerle de que cambie de idea. "Le llamare un día de estos para buscar un acuerdo. Soy muy favorable a atender las solicitudes de todos los expresidentes, pero creo que hay que abordar este asunto del mejor modo y con la mejor disposición posible".
Ya el miércoles Bono recalcó que la Galería de Presidentes del Congreso es "problablemente la pinacoteca política más importante de España" y que no veía motivo para romper la tradición de conservar los retratos de los expresidentes iniciada a principios del siglo XIX colocando una fotografía.
Además, adelantó que si Marín insistía en su idea y remitía su retrato en ese formato, él lo dejaría con colocar en su despacho para que la Mesa del Congreso de la próxima legislatura tomara una decisión definitiva al respecto.
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