Este artículo se publicó hace 17 años.
Se buscan candidatos para un 9-M catalán
Catalunya será clave en marzo. Los partidos preparan, no sin tensión, las listas. Las generales tendrán también su lectura autonómica
El 14 de marzo de 2004 el PSC -y por tanto el PSOE- le sacó 15 escaños de ventaja al PP en Catalunya. En 2000, cuando Aznar barrió, la diferencia fue sólo de 5. Hace cuatro años en Catalunya se fraguó, en buena medida, la llegada del PSOE al poder. Ahora puede ser el muro contra el que se estrelle un PP que ha azudado sin complejos la catalanofobia con el Estatut.
Ahora las encuestas no muestran un reparto de escaños muy diferente al actual. Parece difícil que CiU y el PP recuperen los cinco y seis escaños respectivos que perdieron y también que el PSC o Esquerra se hundan.
La abstención, más que el trasvase de votos, trae de cabeza a los partidos, inmersos ya en la precampaña. El malestar sigue creciendo en Catalunya. El Estatut, los apagones y el caos de las infraestructuras han creado un hartazgo más elevado que nunca, que si bien podría repercutir en las urnas nadie parece capaz de capitalizar.
La estabilidad del tripartito
Los resultados del 9-M no sólo aclararán si será Rajoy o Zapatero el próximo inquilino de la Moncloa. También despejarán las dudas que planean sobre el mustio oasis político catalán. Las alianzas en Madrid -si es que las hay y las protagoniza el PSOE- condicionaran la hasta ahora aceptable salud del tripartito de Montilla y también la situación interna en el PP, CiU y Esquerra, que han atravesado crisis de diversa intensidad y naturaleza.
Quien peor lleva los deberes es el PP. Tenían a Josep Piqué como cabeza de cartel pero el ex ministro de Aznar, que debía ejercer de banderín de enganche de los más moderados, dio el portazo a Rajoy y Acebes y voló a la empresa privada. Los populares están sin número uno por Barcelona pero no les quita el sueño. Sus dirigentes en Catalunya explican que "quien vende es Rajoy". De hecho buena parte del cinturón barcelonés, feudo tradicional socialista y la zona más castigada por la crisis de Cercanías, está plagado de vallas con su cara.
Después de la crisis sólo está claro que a Alicia Sánchez Camacho, hasta ahora diputada por Barcelona, le tocará bailar con la más fea y ser candidata por Girona. Para Barcelona, donde se especuló con Alejo Vidal Quadras o incluso Rodrigo Rato, está dispuesta Dolors Nadal pero también Jorge Fernández Díaz, un clásico de la total confianza de Rajoy, con quien fue secretario de Estado. Ni oir hablar quieren en Génova de la autopostulada Montserrat Nebrera, "que te puede hundir la campaña". En Tarragona se duda y en Lleida se podría recuperar una de las dos caras que tuvo AP, Juan Ignacio Llorens o Pilar Arnalot.
El panorama del PP contrasta con el socialista, que lanza estos días a la ministra de Vivienda Carme Chacón, siempre fiel a Montilla, de candidata. El peligro es que otra ministra, Magdalena Álvarez, se ha revelado como el peor aliado del PSC en las urnas.
El silencioso trabajo del PSC
Chacón, creen, les permitirá conectar con el agujereado y desmobilizado cinturón (ella es de Esplugues), que en 2004 elevó la participación del 62 al 77%. En la lista la seguirá el titular de Industria Joan Clos, con los días contados en el consejo de ministros. El número tres podría ser Daniel Fernández, a quien su discreto pero eficaz trabajo en una legislatura con mucho ruido y contradicciones pero pocos lucimientos para el PSC le avalan. La incombustible (y necesaria para el PSOE) Teresa Cunillera seguirá por Lleida, Montse Palma por Girona y Francesc Vallès por Tarragona.
El PSC ya se renovó a fondo en 2004. Toca continuidad y explicar que Zapatero invierte en Catalunya, respeta su singularidad y trae avances sociales. Con sus compañeros del tripartito, ERC e ICV-EUiA, la legislatura -muy marcada por el debate catalán- ha acabado en Madrid como el rosario de la aurora. En campaña, como si no existieran: Zapatero o Rajoy.
En CiU la ley de igualdad y las cuotas internas conllevan problemas para encajar la lista. Felip Puig, hombre fuerte de la refundada CDC, ya avisó que menos de 15 escaños obliga a replantear cosas (o sea la relación con Unió). La mejor expectativa para Josep A. Duran i Lleida es de 12. La lista está perfilada salvo sorpresas. A Duran le seguirá un trío de CDC: Pere Macias, Mercè Pigem i Imma Riera. Después su escudero Josep Sánchez Llibre y Carles Campuzano. Manel Silva, de UDC, espera recuperar el acta perdida en 2004.
¿Paridad CDC-UDC?
Hay quien no descarta incorporaciones sorpresa, pero CDC no sacrificará más nombres. En función de las urnas los dos socios podrían tener los mismos escaños por primera vez, cosa que inquieta en Convergència. Jordi Jané, diputado por Barcelona pero natural de Tarragona, encabezaría por esa circumscripción. Anna Miranda o Concepció Torruella irán por Lleida y Jordi Xuclà por Girona.
Esquerra, que se juega mantener el grupo parlamentario y no tensar más la situación interna con un mal resultado, renueva lista. Empezando por el portavoz, que será Joan Ridao, una suerte de tercera vía entre Carod y Puigcercós y que fue el hombre de los independentistas en la negociación del Estatut.
Le acompañarán una independiente (la profesora de economía de la UB formada en Yale Elisenda Paluzié, vinculada a plataformas soberanistas), Joan Tardà -el diputado más apreciado por las bases-, Agustí Cerdà y Georgina Oliva. ERC ve probable revalidar los cuatro escaños por Barcelona.
Otra cosa es el segundo de Girona. Allí sacrifican al controvertido Joan Puig. Francesc Canet volverá al Congreso. La dirección sufrió un revés en Lleida y el candidato oficial, el diputado Jordi Ramon, perdió ante Antoni Bertran en las primarias. Por Tarragona, a la espera de primarias, el senador Lluís Aragonés puede encabezar. Los independentistas quieren conectar con los electores jóvenes y los independentistas descontentos con el tripartito, que son los que más les han desertado. Incidiran en presentar a un PSC "inexistente" en el Congreso y "subordinado" al PSOE y a una CiU donde el soberanismo se derrumba con Duran. Tirarán también de los orígenes de Ridao, que se sitúan en Valladolid y Almería. Y es que el 20% de sus electores hablan castellano.
ICV-EUiA tampoco tendrá una campaña fácil dada la polarización y el desgaste que le conlleva su gestión en la conselleria de Interior. Con Joan Herrera, un buen candidato, aspiran a seguir con dos escaños. Carme García no repetirá.
Los 47 escaños catalanes estarán más disputados que nunca por unos partidos que se juegan mucho y sufrirán para movilizar.
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