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Se buscan voluntarios para ocupar el centro liberal

Pujol y Garrigues prevén una catarsis y un nuevo partido tras las generales

FERNANDO CASAS

El sistema político español consolidado después de la Transición tiene entre sus peculiaridades la no existencia de un partido centrista y liberal fuerte. La pregunta es hasta cuando será así, puesto que en otros estados europeos existen partidos de este tipo que, a menudo, ejercen un papel de bisagra entre la izquierda y la derecha.

En España ese rol lo ha desempeñado CiU tal y como ayer recordó el expresidente catalán Jordi Pujol en un desayuno de su fundación con Antonio Garrigues Walker para poner luz a, entre otros asuntos, la incógnita del centrismo español.

Pujol explicó que, quizás, si CiU, y más concretamente CDC, se arroga el centro casi en exclusiva en España es porque el catalanismo es “el cemento” que, anteponiendo siempre “el país” a un corpus ideológico “potente”, une sensibilidades que van de la socialdemocracia al liberalismo pasando por la democracia cristiana.

De momento nada a babor y nada a estribor, constataron Garrigues, histórico centrista fundador del extinto PDL, y  Pujol. Aunque nada es eterno. La ley electoral no ayuda y la falta de contingente de voto seguro tampoco, afirmaron, pero el actual momento no es precisamente de estabilidad sinó de “crisis” por la radicalización que atribuyeron a PSOE y PP.

Nombres en el PP

Garrigues pronosticó que después de las generales de marzo uno de los dos partidos entrará en crisis si pierde y entonces será el momento de ocupar nuevos espacios. No puso muchos nombres pero en la conversación fluyeron los de Alberto Ruíz Gallardón, Josep Piqué o Rodrigo Rato.

En lo que no coincidieron Pujol y Garrigues fue en la concepción de modelo de Estado que una fuerza centrista defendería. El primero opinaba que el liberalismo es, por definición, individualista y poco dado a asumir “cuestiones comunitarias”. El segundo, a quien el expresidente definió como “buen amigo de Catalunya”, sostenía que las ideas liberales son contrarias a la concentración de poder.

Será, entonces, cuestión de esperar a marzo para despejar dudas.

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