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Cae un etarra acusado por el intento de atentado a Aznar

'Pistolas' integró el comando que guardó y entregó el lanzamisiles

PEDRO ÁGUEDA

El día en que trascendieron los planes de ETA para asesinar al lehendakari o a su consejero de Interior, una investigación de la Guardia Civil permitió detener en Francia a Gregorio Jiménez Morales, alias Pistolas, al que la Audiencia Nacional tiene pendiente juzgar por un intento de magnicidio, el del jefe del Ejecutivo central en 2001, José María Aznar. Jiménez Morales integraba el comando que en tres ocasiones entregó a otro talde el misil con el que ETA pretendía derribar el avión presidencial.

La investigación que dio ayer con el paradero de Pistolas no estaba destinada, sin embargo, a detenerlo a él. Horas antes, había sido arrestado en Baiona Ibai Aguirrebarrena, contra el que constaba una orden de busca y captura den Francia. Sus huellas habían aparecido en enseres del coche que dos miembros del aparato militar utilizaron el 10 de enero de 2010 para acercarse a un zulo a recoger 3.000 euros sin saber que la Guardia Civil los estaba esperando, informaron fuentes de la lucha antiterrorista.

Se escondía en la casa de otro miembro de ETA en el sur de Francia

Tras el arresto de Ibai, los agentes franceses procedieron a registrar la vivienda de su padre, Joseba Aguirrebarrena, Tarzán, en la localidad de Bidache. Y allí encontraron escondido a Pistolas. Ambos son veteranos militantes de la organización terrorista.

Gregorio Jiménez Morales había huido por última vez en enero de 2010, tras la detención de Pedro María Olano, otro miembro del comando que intentó asesinar a Aznar. Como ocurrió ayer, la pista fue facilitada entonces por una joven de Segi, Irati Mujika. Al ser detenida en noviembre de 2009, la Guardia Civil encontró en su casa una carta en la que su padre le preguntaba, desde su escondite en el sur de Francia, si había tenido tiempo de avisar a su amigo 'el de Lizarra, el que detuvieron en relación al asunto de la alcaldesa'. El padre es Juan María Mujika, miembro también del comando encargado de entregar el misil, y su 'amigo' es Pedro María Olano. Antes de despedirse con un 'cuídate mucho, querida hija', Mujika dejaba la pista que despertó el interés de los investigadores: 'Quisiera saber si la txakurrada está al corriente de lo que hicimos nosotros'.

Su primer arresto fue en Costa Rica por intentar matar a Edén Pastora

El cuarto miembro del comando, Luis Ignacio Iruretagoyena, Suni, era también su jefe. Fue detenido en septiembre de 2007 cuando dirigía la fábrica de bombas de ETA, meses después de que preparara el potente artefacto que voló la T-4 de Barajas.

El 29 de abril de 2001 se produjo el primer intento de atentado. Aznar iba a abrir la campaña electoral en el Palacio Euskalduna de Bilbao, pero el lanzamisiles no funcionó y el comando de Jiménez Morales tuvo que volver a guardarlo en un local que pertenece al Ayuntamiento de Lizartza. La segunda intentona incluyó una entrega en Oiartuzun y el plan para aprovechar el aterrizaje y despegue del avión en el aeropuerto de Hondarribia el 4 de mayo. La última entrega tuvo lugar cerca de Vitoria con motivo de la asistencia de Aznar el 11 de ese mismo mes a un mitin en la capital alavesa.

En contra de lo que ha ocurrido con el comando de Jiménez Morales, nada se sabe sobre el otro talde que iba a disparar contra el avión del presidente del Gobierno. Tras aquella tarea, Pistolas y Suni se consideran quemados y huyeron a Francia. El detenido ayer retomó la actividad en 2006, participando de nuevo en traslados de material desde su escondite en Francia hasta 2008.

Fuentes de la lucha antiterrorista creen que Pistolas no tenía responsabilidades en ETA en estos momentos, a pesar de la experiencia que le dan 30 años en la organización. Pertenece a la generación de etarras que recibió formación a principios de los ochenta en Centroamérica. En su caso, tras huir de la desarticulación en 1982 del comando Andatza, compuesto por legales, sin fichar. Fue detenido en Costa Rica acusado de intentar asesinar al líder de la Contra nicaragüense Edén Pastora, el comandante Cero. Tras ser extraditado, la Audiencia Nacional lo condenó a 13 años de prisión como autor de tres delitos de terrorismo.

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