Este artículo se publicó hace 13 años.
El campeón de la deuda mide su fortaleza
Alberto Ruiz-Gallardón
Candidato por el PP
Se presenta por tercera vez. Todas las encuestas le dan por vencedor. Creen en su partido que Rajoy le reclamará si gana las generales. Le sucedería su número dos, Ana Botella.
Jaime Lissavetzky
Candidato por el PSOE
ras las derrotas de Trinidad Jiménez y Miguel Sebastián, es la nueva apuesta de Zapatero. Asegura que seguirá aunque no gane. Es exsecretario de Estado para el Deporte.
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Copenhague, 2 de octubre de 2009. La ciudad de Madrid es rechazada como sede de los Juegos Olímpicos de 2016. Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de la capital, y Jaime Lissavetzky, por aquellas fechas secretario de Estado para el Deporte, son dos de los rostros que reflejan la desazón de la delegación española. Tenían un mismo sueño, el olímpico, y se esfumó. Hoy, transcurrido un año y siete meses de aquella cita, los mismos protagonistas pelean por otro sueño, pero ya no compartido: el de sus respectivos proyectos políticos para la ciudad de Madrid. El PP frente al PSOE.
Si nos ceñimos a las encuestas, principal instrumento para medir el pulso a lo que puede pasar el 22-M, el exsecretario de Estado para el Deporte tiene que apretar mucho en el sprint final si quiere hacer temblar los cimientos del Palacio de Cibeles, sede del Gobierno municipal. Según los datos del último Publiscopio, difundidos el pasado lunes, Alberto Ruiz-Gallardón, que se presenta por tercera vez consecutiva al Consistorio, mejora sus expectativas de voto respecto a 2007 y pasaría del 55,7% de los sufragios al 57,2% (34-35 escaños). Por su parte, el PSOE lograría 18 o 19 actas de concejal y la candidatura de IU, encabezada por Ángel Pérez, se quedaría en cuatro.
Difícil coaliciónEl pleno del Ayuntamiento de Madrid lo integran 57 concejales. Con los datos anteriores como escenario de partida, ni siquiera una alianza PSOE-IU provocaría que el PP perdiese una de las joyas más codiciadas: el Gobierno de la capital de España, sólo superada en población [3.200.000 habitantes] por Andalucía, Catalunya y el País Valencià.
Como ya hizo en las dos anteriores ocasiones, Mariano Rajoy, líder del PP, ha puesto al frente de su candidatura en Madrid a uno de los activos políticos más importantes con los que cuenta su partido. Ruiz-Gallardón es un "pata negra", calificativo que en la formación emplean para aquellos que provienen de la antigua Alianza Popular (AP). Pero es, además, un político que no provoca rechazo en el electorado que se identifica más con la izquierda. Por eso, más de uno se quedó descolocado cuando le escuchó que si Mariano Rajoy llega al Gobierno central le propondrá que lleve cabo una iniciativa legal para sacar de la calle a los sin techo.
La que está a punto de finalizar ha sido la legislatura más complicada para el alcalde. Sobre todo, a cuenta de la deuda que ha acumulado al frente del Palacio de Cibeles. Y que le llevó, a finales de 2010, a plantarse en la Moncloa para solicitar al presidente del Gobierno su refinanciación. La respuesta fue un no. Rotundo.
Madrid es el municipio más endeudado de España Con 6.453 millones de euros, según los últimos datos del Banco de España, el de Madrid es el municipio más endeudado de España. Una cifra que por sí sola acapara el 25% de la deuda de los 8.116 ayuntamientos del país. Esta es la herencia que recibirá el alcalde que decidan las urnas dentro de un par de semanas.
Gran parte de la deuda [3.000 millones] proviene de uno de los proyectos estrella del alcalde conservador: el soterramiento de la M-30. También Gallardón pasará a la historia por la reconstrucción del Palacio de Cibeles, que ha supuesto a los madrileños un desembolso de 500 millones de euros, más de 100 de las obras en sí mismas y unos 400 del coste del edificio, que se sufragó con cesiones de inmuebles del Ayuntamiento al Estado.
Si el 23 de mayo el candidato socialista tiene que ocupar el despacho de alcalde, no será en Cibeles. "Irnos es el símbolo del basta ya del despilfarro, de los 500 millones gastados", aseguró recientemente a Público.
Junto a ello, Lissavetzky se ha propuesto que la deuda en 2015 sea de 3.571 millones, suprimir la tasa de basuras, reducir órganos directivos y personal de confianza, y rebajar el gasto en alquiler de edificios.
Mientras, Gallardón va a sacar pecho estos días de "los logros alcanzados" sin dejar de insistir en que queda mucho por hacer. En este contexto, el equipo del alcalde concibe el 22-M como un "punto y seguido" en la ejecución de un proyecto que ha quedado a medio ejecutar por culpa de la crisis.
Convencidos en Cibeles de que, pese a las encuestas, podrían perder alguno de sus 34 concejales, Gallardón ya ha insistido en alguna ocasión estos días en el peligro de que Madrid "pierda lo logrado" si PSOE e IU unen sus fuerzas contra el PP. Más que un temor real, forma parte de una estrategia para movilizar a su electorado.
En cuanto a IU, sus principales propuestas van encaminadas a impulsar económicamente a los barrios más vulnerables, a la ampliación de las zonas verdes y a la lucha contra la contaminación. Un reciente informe de Ecologistas en Acción sitúa a Madrid como una de las ciudades en las que menos se respetan los niveles de contaminación de la UE.
"Más asfixia el paro"En este campo, pasarán a la historia de la capital unas recientes declaraciones de la concejala de Medio Ambiente, Ana Botella, en las que aseguraba que el paro "asfixia más que la contaminación". La mujer de José María Aznar ocupa el número dos de la lista del PP.
Según el Publiscopio, Unión Progreso y Democracia (UPyD), el partido de Rosa Díez, no obtendría representantes en el Ayuntamiento de Madrid. Su candidato es David Ortega.
La siguiente aventura olímpica, la de verdad, la que trasciende de la política, será en 2020. Si Madrid vuelve a presentar su candidatura, será algo que decida el próximo alcalde.
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