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Camps irrita al PP por contar con implicados en el 'caso Gürtel'

Se apoya en Rambla y Serra, que figuran en el informe policial sobre financiación ilegal del PPCV. Rajoy, fiel a su estilo, calla

MARÍA JESÚS GÜEMES

Con premio. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ha recompensado a sus dirigentes más fieles incluyéndolos en la organización de la campaña electoral. El caso más destacado ha sido el de la portavoz del Consell, Paula Sánchez de León, quien a partir de ahora se ocupará de la estrategia y los actos del partido. La dirigente conservadora se lo ha ganado a pulso al salir, semana tras semana, a dar la cara por su jefe a raíz de su implicación en el caso Gürtel.

Pero no ha sido lo único que ha sorprendido en las filas conservadoras. Al PP le preocupa que en el listado figuren los nombres del vicepresidente primero, Vicente Rambla, y del vicesecretario de organización de la formación regional, David Serra. El primero será el secretario del comité electoral y coordinará la labor de la Generalitat con los candidatos. El segundo hará lo mismo pero entre parlamentos nacionales y autonómicos.

María Dolores de Cospedal no sabía lo que tramaba el jefe del Consell

No tienen un papel relevante de hecho Rambla ha perdido influencia, pero su sola inclusión ha levantado ampollas en la sede nacional porque ambos aparecen en el informe policial elaborado por la Brigada de Blanqueo que apunta hacia la financiación ilegal del PP valenciano y que se conoció precisamente hace hoy justo un año.

En la formación regional siempre se han defendido argumentando que se trataba de 'un montaje del Ministerio del Interior'. En cualquier caso, Mariano Rajoy, tal y como anunció en el último Comité Ejecutivo Nacional, prefiere ver cómo evolucionan los procesos judiciales abiertos antes de dar cualquier paso.

La presunta financiación irregular del PP valenciano se encuentra en manos de dos tribunales, después de que el instructor del caso en Madrid, Antonio Pedreira, se inhibiera a favor del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) para que sea este el que investigue todos los indicios aparecidos en la causa.

Algunos dirigentes conservadores creen que Camps 'no llega a las uvas'

El PP recurrió esta decisión y ahora es la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior Superior de Justicia de Madrid quien tiene la última palabra. Y el TSJCV, que en su día desdeñó el informe y ahora investiga en exclusiva si la trama Gürtel regaló trajes al president, podría tener que ampliar la investigación. De acuerdo con el auto del juez Antonio Pedreira, el PP de Valencia ocultó a Hacienda pagos por importe de 2,5 millones de euros en dinero negro y aceptó que la trama endosara a empresarios afines facturas electorales por 376.000 euros.

Muchos en el PP temen que Camps imputado por cohecho impropio y a quien podrían encausar por varios delitos más termine siendo condenado. También creen que el día menos pensado lo de la financiación irregular saltará por los aires y varios de sus cargos se hundirán con él. Hay quien mantiene la teoría de que el president ha hecho 'piña solidaria frente a la corrupción'. 'Si él cae, lo hace con todo el equipo', decía ayer un diputado.

Los que rodean a Rajoy insisten en que fue informado y 'no pasa nada'

Por eso creen que Camps, lejos de hacer la limpieza que muchos le reclamaban, se ha atado a personas que, de una u otra forma, se han visto salpicadas por algún escándalo, como Mónica Lorente a la alcaldesa de Orihuela le han detenido a tres de sus concejales en la operación Brugal o el vicepresidente Juan Cotino ahora subdirector de la campaña, cuyo hermano preside una de las empresas que aparecían en el informe policial. También hay quien resalta que en el comité electoral se ha incluido a Andrea Fabra, hija del presidente de la Diputación de Castellón quien ha sido citado a declarar como imputado el 23 de septiembre por cohecho, tráfico de influencias y fraude fiscal.

En estos momentos, el último desafío de Camps se ha convertido en la comidilla del partido. Para varios de sus miembros, con su actuación 'no llega a las uvas'. Por eso la cúpula trató ayer de neutralizar la polémica a toda prisa. La versión oficial que circuló ayer con gran insistencia es que el jefe de la oposición estaba perfectamente informado. 'No pasa nada', 'lo sabía', 'lo ve bien' y 'es normal', fueron las expresiones más repetidas por los que le acompañaron en un acto en Toledo.

Pero muchos miembros del comité de dirección del PP no estaban advertidos. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, por ejemplo, no tenía ni idea de lo que tramaba su compañero de filas.

Hay quien cuenta incluso que Rajoy estaba al tanto de que se iba a producir una Junta Directiva Regional pero no conocía todos los detalles de ese 'circo'. Entonces ¿por qué ese interés en resaltar que Camps le había contado sus planes? Una voz del partido reconoce que 'no se puede decir otra cosa para no quedar en ridículo'. Y el argumentario era que el jefe del Consell puede hacer y deshacer la madeja como quiera porque para eso es el president aunque aún no lo hayan designado oficialmente candidato. Fuentes del PP puntualizaron que, en todo caso, será el comité electoral nacional quien lo haga. Es decir, que la decisión final está en manos de Rajoy.

En cualquier caso, en su visita al PP de Castilla-La Mancha, el líder conservador, rodeado de armaduras, pareció enfundarse en una de ellas para evitar preguntas. '¿Qué va a hacer usted con Camps?', le inquirieron en medio del ruido y aplausos de sus afiliados. '¡Eh!', respondió mientras lo arrastraban hacia el acto sin haber escuchado la cuestión o tal vez no queriendo hacerlo. La portavoz del Consell, Paula Sánchez de León, insistió en que Camps procedió 'de acuerdo' con Rajoy. A su juicio 'ver algo distinto es ver fantasmas'. Además, mantuvo que es 'altamente improbable' que sea condenado, porque es 'inocente'.

El pasado 28 de julio, Mariano Rajoy dio un ‘canutazo' (una breve intervención ante los medios en la que se le pueden realizar a lo sumo tres preguntas) en su visita a Algeciras. El líder conservador hace meses que no concede una rueda de prensa en toda regla en la sede de su partido. En el PP recuerdan que la última fue en mayo y en la Moncloa, tras su reunión con el presidente del Gobierno. Ayer muchos esperaban que, para poner la guinda al curso político, el jefe de la oposición compareciera ante los medios -tal como hizo Zapatero-, pero él prefirió un acto de partido en el que exponer todas sus reflexiones en un discurso. Sin preguntas.  

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