Este artículo se publicó hace 13 años.
El candidato se pone al volante
Rubalcaba exhibe sus éxitos en Tráfico en su primer acto de precampaña
Un hombre, de 60 años recién cumplidos, en camisa y corbata, conduce un pequeño Skoda Fabia rojo, reluciente, aunque con algunos años de matrícula, y lo aparca cuidadosamente cerca de la esquina con la calle de Serrano, 138, en la colonia de El Viso de Madrid. Sale del vehículo, sonríe y se dirige al parquímetro. Paga, cruza la calzada por el paso de cebra y entra en el edificio, la sede de la Fundación Pons.
Podía ser un ciudadano cualquiera. Pero ese hombre era Alfredo Pérez Rubalcaba. Ni coche oficial blindado y con chófer ni un lujoso vehículo. Un simple utilitario para desplazarse, ayer sábado, a su primer acto de campaña tras el anuncio de convocatoria de elecciones generales para el 20-N. El candidato socialista eligió un área “peculiar”, de la que podía sacar pecho a gusto: la seguridad vial. Y en plena operación salida. Se reunió durante una hora larga con seis asociaciones de víctimas de tráfico, que a la salida le cubrieron de parabienes. “Alfredo ha trabajado fuerte desde Interior”, decía Miguel Pereira, vicepresidente de la Federación Española de Daño Cerebral (Fedace). “Sabemos que Alfredo seguirá trabajando por estas políticas porque se las cree. Gracias, Alfredo”, apuntaba con un punto de emoción Mar Cogollos, presidenta de la Asociación Española de Lesionados Medulares (Aesleme). Francisco Canes, de la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes de Tráfico (DIA), aplaudía el “trabajo muy bien hecho” del Gobierno y recordaba, medio criticando la vuelta a los 120 km/h, que la velocidad “debe ser la justa”. Más elogios llegaron de Stop Accidentes, la Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico (PAT) y la Asociación de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos (Aspaym).
“10.000 vidas ahorradas”“Me voy a seguir ocupando y preocupando de que la seguridad vial esté en la agenda política y de los ciudadanos”, dijo el candidato. Gane o pierda el 20-N, prometió.
Tiró de números: en 2003, el último año del Gobierno del PP, se registraron 3.993 víctimas mortales en las carreteras. En 2010, 1.730, casi un 60% menos. “Son 10.000 vidas ahorradas. No tienen nombres y apellidos, pero hoy viven por lo que hemos hecho entre todos”, sancionó, cómodo con unas cifras indudablemente en verde.
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