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Los candidatos del PP se hacen el muerto

Sevilla parece cosa de dos, pero en realidad es cosa de tres: PP, PSOE e IU, del mismo modo que Córdoba parece que es cosa de tres pero en realidad es cosa de dos y medio: PP, IU y un espectro con poco futuro pero gran inventiva para hallar nuevas maneras de perder votos llamado PSOE. En ambas ciudades la izquierda merece más de lo que prevén los sondeos, según los cuales el fantasma de la abstención atenaza sus expectativas. Los candidatos del PP lo saben y por eso se pasarán la campaña haciéndose el muerto.

En el debate de ayer en Radio Sevilla entre Juan Ignacio Zoido y Juan Espadas, moderados con ecuanimidad por Salomón Hachuel, el primero estuvo todo el rato haciéndose el muerto: ni una palabra más alta que otra, ni un pie en charco alguno, ni una gotita de veneno. Zoido calcula que la mitad del electorado socialista está dormida y se ha propuesto no despertarla. Si alguien hubiera escuchado el debate sin saber quién era del partido del gobierno y quién del de la oposición habría dicho que el alcalde era Zoido y el aspirante era Espadas: no en vano Espadas necesita a toda costa despertar a sus seguidores y Zoido necesita a toda costa que sigan dormidos. Que sigan dormidos los seguidores del PSOE, claro, no los suyos, que están más despiertos que nunca, con los ojos como platos y la papeleta electoral entre los dientes, dispuestos para tomar la colina del 22-M.

Pero de nada servirá el despertar socialista si IU no aguanta. Sería injusto que fuera así: Rodrigo Torrijos y los suyos han hecho bien su trabajo, por ejemplo han creado de la nada un carril bici modélico en Europa. El drama de IU es que no crece. Sus dirigentes creen que la culpa es de los medios informativos al servicio del modo de producción capitalista, pero no es sólo eso: a IU la frena también su lastre doctrinal, su solemnidad desmedida, su incapacidad para la ironía, derivada a su vez de un exceso de fe. Como todos los pequeños que se alían con grandes, IU sufre los ahogos del abrazo del oso socialista, que suele olvidar demasiadas veces que si no tuviera a nadie a quien ahogar entonces ya no sería un oso, sino sólo el espectro de un oso. Por eso es todo tan complicado para IU: porque la derecha quiere tenerla demasiado lejos y el oso quiere tenerla demasiado cerca. Si el futuro del PP depende de hacerse el muerto y el del PSOE de hacer ruido, el futuro de IU depende de tener a ambos un poco asustados.

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