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La otra cara del PP ante abucheos y protestas

Los dirigentes conservadores callan ahora ante hechos que antes condenaban

ELENA HERRERA

Por sexto año consecutivo, los abucheos y los pitidos en los momentos clave del desfile militar del 12 de Octubre se erigieron en protagonistas del acto. A pesar de ello, y teniendo en cuenta que no han sido muchos los miembros del Partido Popular que se han atrevido a censurar lo ocurrido, los insultos que se escucharon durante la parada poco parecen molestar a la formación conservadora.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, acusó el pasado jueves al Gobierno de querer limitar el derecho fundamental a la libertad de expresión 'con pretextos de protocolos en determinados actos', como el que pretende establecer Defensa para evitar este tipo de situaciones en ediciones futuras. Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, tomó partido 'en contra' de las protestas, pero aludió a la 'obligación de aguantar' estas situaciones por parte de la clase política.

En las broncas a Zapatero, el PP observa 'libertad de expresión'

El líder del partido, Mariano Rajoy, eludió una condena expresa de los incidentes y se limitó a calificar de 'surrealista' la regulación del 12-O que buscará establecer la ministra Carme Chacón.

Pero el Partido Popular no se ha mostrado siempre igual de comprensivo ante este tipo de manifestaciones populares. Cuando los afectados por abucheos o protestas han sido ellos, los dirigentes conservadores han llegado a comparar las protestas con la violencia callejera en Euskadi o el 'nazismo político'.

Pitada a Cospedal: Como 'la kale borroka'

Los conservadores llegaron a pedir dimisiones por un abucheo a Rajoy

Este doble rasero del PP lo puso de manifiesto la portavoz regional del PP en Castilla-La Mancha, Carmen Riolobos, el pasado mes de mayo tras un acto en Sacedón (Guadalajara) en el que la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, fue increpada.

Varias decenas de personas recibieron con gritos y abucheos a Cospedal. Riolobos acusó al presidente castellano-manchego, José María Barreda, de inducir la protesta y llegó a comparar los incidentes con la violencia callejera en Euskadi. 'Le exigimos al señor Barreda que pare la kale borroka que ha puesto en marcha en nuestra región', sentenció.

La peineta de Aznar: Pitos 'reprobables'

En febrero de 2010, el ex presidente del Gobierno José María Aznar, a la salida de una conferencia en la Universidad de Oviedo, perdió los papeles y respondió con una peineta a un grupo de estudiantes que le gritó 'terrorista' y 'asesino'. El presidente del PP asturiano, Ovidio Sánchez, consideró los calificativos recibidos por el ex presidente como 'absolutamente reprobables en democracia'. 'Estas actitudes radicales (...) no sólo deben ser condenadas por el PP, sino por cualquier partido, organización o persona que defienda la libertad de expresión como uno de los pilares básicos de convivencia y tolerancia', aseveró Sánchez.

Un mes después, Aznar aseguró no arrepentirse 'para nada' de lo ocurrido y afirmó en una entrevista en el diario milanés Il Giornale: 'Me río de ellos; con las personas descaradas, la respuesta debe ser descarada'.

Gritos a Rajoy: Los 'camorristas'

En julio de 2006, en el municipio zamorano de Benavente, varios sindicalistas increparon al líder del PP, Mariano Rajoy, a propósito de la política sanitaria en Castilla y León. El secretario general del PP en esa región, Fernández Mañueco, pidió la dimisión del delegado del Gobierno en la comunidad por 'la falta de previsión de los incidentes' y Ángel Acebes, que por aquel tiempo era número dos del PP, se refirió a los organizadores de la protesta como 'una panda de camorristas que persigue al PP'.

Oposición al Estatut: 'Nazismo político'

Durante la campaña sobre el referéndum del Estatut en Catalunya, en junio de 2006, el líder del PP fue abucheado y recibido con una cacerolada en un acto en l'Hospitalet. El entonces presidente del PP catalán, Josep Piqué, salió en defensa de Rajoy y señaló que no podía ser que el PP fuera 'cada día objeto de insultos, boicots y agresiones'.

Piqué acusó al PSC de estar incitando esos abucheos 'a través de los eslóganes'. Ignacio Astarloa, entonces responsable de Justicia del PP, llegó a afirmar que esas situaciones retrotraen 'a las peores imágenes del nazismo político'.

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