Este artículo se publicó hace 17 años.
La cara institucional de los antimonárquicos
Detrás de las las Candidatures d'Unitat Popular hay organizaciones políticas, cívicas y juveniles
La quema de imágenes de los reyes sólo tiene, al menos de forma pública, un aval institucional en Catalunya: el de las Candidatures d'Unitat Popular (CUP). Se trata de una formación minoritaria que cuenta con presencia en diversos consistorios catalanes.
La pobre representación obtenida el 2003, cuando Esquerra dio el gran salto en concejales, se incrementó de forma cualitativa el 27-M al consiguir 20.000 votos y concejales en ciudades medias como Mataró, Berga, Vilafranca del Penedès o Vic.
Han apoyado a los encausados por injurias a los monarcas y la semana pasada presentaron el manifiesto Nosotros también quemamos la corona española.
Detrás de las CUP, que actuan como aglutinador electoral en medio centenar de municipios donde la izquierda independentista extraparlamentaria tiene "implantación real" (no se presentaron ni en Barcelona ni en la mayoría de municipios de su cinturón), hay organizaciones políticas, cívicas y juveniles.
Éstas, desde el independentismo radical y antisistema, están forjando un pequeño espacio político a costa de otros partidos republicanos como Esquerra y, en menor parte, de ICV.
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