Este artículo se publicó hace 13 años.
Carta boca arriba
Rajoy aplica la hoja de ruta de la misiva de Trichet a Zapatero
Era un requisito democrático antes de las elecciones. Pero no se cumplió. Tanto Zapatero como Rajoy mantuvieron secreta la carta fechada el viernes 5 de agosto de 2011 que Jean-Claude Trichet y Miguel Ángel Fernández Ordóñez enviaron al "querido" presidente del Gobierno español. En ella se establecían de facto las condiciones que el Banco Central Europeo (BCE) exigía como contrapartida a la inminente compra de deuda pública española en los mercados secundarios a fin de contener la subida de los tipos de interés. Ambos poseen esa carta.
En el debate de la reforma constitucional para limitar el déficit fiscal, el 23 de agosto pasado, esa carta era útil para demostrar que Zapatero era una marioneta del BCE. Por esa razón, para probar que esa reforma había sido recomendada por el BCE, Rajoy, que se sentía el propietario original de la iniciativa, asaeteó a Zapatero en el Congreso.
La carta que reclama Rajoy a Zapatero en el Congreso es un mapa de los ajustes
El líder del PP explicó que la Cámara tenía derecho a saber. "La pregunta es: cuando el BCE comenzó a comprar deuda pública española, ¿le han remitido a usted una carta? ¿Sí o no? ¿Cuál es su contenido?". Y a continuación: "Y entiendo que si no me responde es que evidentemente no han remitido al Gobierno ninguna carta. Quiero que me responda, señor presidente".
Zapatero ignoró el asunto. Y Rajoy cumplió: "Evidentemente no nos han remitido al Gobierno de España ninguna carta". Pero esa carta fue enviada por burofax. Y Rajoy posee una copia. Es prácticamente la misma que la enviada por Trichet y Mario Draghi, entonces gobernador del Banco de Italia, a Berlusconi. Y si la Cámara tenía derecho a conocerla, los españoles todavía más a la hora de votar y, ahora mismo, cuando se van a adoptar medidas que vienen en esa carta, resulta imprescindible conocerla oficialmente.
Porque Rajoy, en estas decisiones "que está tomando" y que a Rodrigo Rato, según declaró ayer, le parecen "muy bien", tiene en cuenta la hoja de ruta de la misiva. Quizá la tiene en su mesa. Y ha sido apuntada en sus contactos.
Propone un contrato juvenil desregulado sin referencia a sueldos mínimos
El contenido de la cartaLa misiva habla de dos grandes puntos. Los primeros buscan presuntamente promover el "crecimiento potencial de la economía" con dos tipos de reformas: liberalización de servicios públicos y profesionales y privatizaciones a gran escala, y reforma de la negociación colectiva para diseñar salarios y condiciones de trabajo según las necesidades de las empresas aumentando su peso respecto de otros tipos de negociación.
La carta enfatiza la importancia del desempleo juvenil y propone un contrato de empleo totalmente desregulado para los jóvenes sin referencia alguna a salarios de convenio o al salario mínimo.
No menos interesante es el método. En vista de la severidad de la crisis de los mercados, se considera crucial que estas medidas se adopten lo más rápido posible como "decretos leyes". Esto se decía en agosto. Es decir, hay retraso en la ejecución. De ahí la petición de Rajoy a sindicatos y patronal de una reforma para los primeros días de enero de 2012.
Parece que Juan Rosell, presidente de la CEOE, no sabía nada de esto cuando declaró el martes que "cambiar la negociación colectiva por un real decreto ley es no tener absolutamente ni idea de cómo es". Pero los contactos entre PP y CEOE le llevaron a reflexionar y a cambiar sus declaraciones el miércoles, antes de visitar a Rajoy.
Los españoles tienen derecho a saber qué votaron realmente el 20-N. Y para ello, la carta del 5 de agosto, como ya ha ocurrido con la de Italia, debe ser publicada.
Y, hoy, abróchense los cinturones, que viene el paro registrado de noviembre. En una economía que ha entrado ya en recesión, cabe esperar un dato muy malo, en línea con septiembre y octubre.
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