Este artículo se publicó hace 13 años.
Cascos carga contra la pasividad del líder del PP
"Aznar siempre facilitó el debate", dice en contraposición al líder actual del partido
Tras la rueda de prensa ofrecida el pasado día 2 de enero en Oviedo, Francisco Álvarez-Cascos vivió ayer su segundo día grande fuera de las filas del PP ofreciendo tres entrevistas en distintos medios. En ellas, se despachó a gusto contra la dirección nacional de su partido, que se opuso a que él fuera designado cabeza de lista por Asturias. Erigiéndose en portavoz de aquellos en el PP a los que les indigna la forma de hacer política de su jefe de filas, Cascos mantuvo que no vale, "como dicen algunos expertos de Génova [sede nacional del partido], quedarse sentados en un sillón a la espera de un tsunami de votos".
El ex ministro de Fomento arrancó todas sus intervenciones de ayer mordiéndose la lengua cuando se le solicitaba una opinión sobre su ex partido y sobre Mariano Rajoy. Lo hacía con la excusa de que ya no forma parte de las filas conservadoras y de que todo lo que ha tenido que decir ya lo expresó en los órganos que correspondía. Pero su propósito duró poco. Entró al trapo.
"El partido hay que jugarlo", sugiere el ex ministro al líder del PP
Así, consideró que el PP "tiene como obligación política ganar las elecciones" y que los triunfos no llegan solos, aguardando a que arrecie un "tsunami de votos". Todo un dardo para Mariano Rajoy, al que el Gobierno socialista y el sector más duro de su partido ven inmóvil a la espera de ganar las elecciones mecido por los buenos resultados de las encuestas. Y para Pedro Arriola, su asesor de cabecera.
"El partido hay que jugarlo", añadió el ex hombre fuerte de José María Aznar a modo de advertencia.
El ex presidente como modeloCree que la formación regional tiene perdidas las elecciones
Precisamente, Cascos alabó la forma de gestionar el partido del ex presidente del Gobierno en contraposición al actual líder del PP. Y dejó muy claro que de haber estado Aznar al frente de la formación él no estaría ahora fuera del partido.
"Aznar siempre facilitó al máximo el debate en el seno del partido y jamás toleró una desconsideración con nadie y menos con un militante", escribió en un encuentro digital en elmundo.es.
Por declaraciones como estas, en el entorno de Rajoy están cada vez más convencidos de que su marcha tiene más que ver con "ajustes de cuentas" del pasado que con el hecho de haber sido rechazado.
De Lorenzo ve "insultante" que se hable de un pacto con los socialistas
En un ejercicio encaminado a desvincularse de la elección de Rajoy como candidato, precisó en elmundo.es que cuando tocó, el ya no era número dos del partido. Sí lo era, y así lo dijo, cuando se nominó a Aznar "al frente del PP nacional y Manuel Fraga al frente del PP de Galicia".
También tuvo respuesta para todos los que desde su ya ex partido le han recordado en los últimos días la férrea forma en la que él imponía las decisiones cuando ocupaba la secretaría general del PP. En este aspecto, negó la mayor.
Como ya dijo en su primera comparecencia tras renunciar al carnet de militante, el ex vicepresidente del Gobierno insistió en que el trato que el partido le ha dispensado no tiene precedentes. Primero, porque no se ha escuchado a los 7.000 militantes que le han apoyado; segundo, porque los diez alcaldes que salieron en su defensa jamás fueron recibidos en la sede nacional, y tercero, porque se le ha insultado con membrete del partido. Concretamente, con el del PP asturiano, para el que se había reservado el resto de sus críticas.
"Holganza"A los conservadores del Principado les recomendó "ponerse a trabajar y no dedicarse a la holganza". "El que tiene perdidas las elecciones es el PP actual", respondió a todos los que en los últimos días han considerado que su posible entrada en la escena de la política asturiana sólo beneficia a los socialistas. Además, consideró que en la formación rival se brindó con champán el día en que se conoció que Rajoy apostaba por Isabel Pérez-Espinosa.
Pero lo que más dolió en el equipo de Ovidio Sánchez, líder del PP asturiano, fue que el ex ministro les culpara de querer reeditar un "pacto" con el PSOE por el que el PP no ejerce oposición en el Parlamento regional y los socialistas hacen lo mismo en el Ayuntamiento de Oviedo. Su alcalde, Gabino de Lorenzo, no tardó en reaccionar a estas acusaciones. "Es insultante para los ovetenses que me votan desde hace 20 años pensar que yo tengo un pacto con el PSOE cuando este ayuntamiento está permanentemente enfrentándose políticamente a los socialistas, aseguró.
"Pucherazo"Además de considerar que el general secretario, como le bautizó Aznar, quería ganar en Asturias "por pucherazo", el regidor de Oviedo remachó que desde la formación no se ha insultadoal ex ministro.
Por otra parte, sobre sus planes de futuro, el ex número dos del PP se mostró esquivo. Reconoció estar "a verlas venir" a la espera de reunir apoyos. Y no descartó nada. "Cualquier posibilidad puede ser interesante para defender el orgullo" de ser asturiano, aseguró en RNE. Incluso jugó con la idea de crear una Sociedad de amigos del País de Asturias, siguiendo la tradición de Jovellanos.
Mientras, en la dirección nacional del PP, pese al desgaste que supone este cruce de acusaciones, la estrategia sigue siendo la de negar la existencia de una crisis en Asturias y menos en el partido a nivel nacional. Así lo puso ayer de manifiesto en rueda de prensa el secretario general del Grupo Parlamentario Popular, José Luis Ayllón.
Para el dirigente conservador, la decisión de no contar con Cascos fue "muy meditada en el partido" y ahora todo el énfasis está puesto en ganar con Pérez-Espinosa a la cabeza. También quitó hierro al hecho de que el ex titular de Fomento no fuera informado de que no era él el elegido. "No se tiene por qué ir comunicando uno a uno", precisó.
Según aseguró Ayllón, la dirección nacional de la formación no teme una espantada de militantes en Asturias. "No se pueden considerar en términos absolutos un problema para un partido de 700.000 afiliados", dijo.
Ayer, Fernando González de Landa, ex presidente de la Confederación Hidrográfica del Norte abandonó el PP en apoyo a Cascos. Las bajas, según la formación, no llegan a 80.
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