Este artículo se publicó hace 16 años.
'Caso Andratx': el ex alcalde acusa a sus subordinados
"Dejé todo en manos de los funcionarios", dice el principal acusado en la trama en el arranque del juicio
Ha comenzado el juicio por la primera de las 67 piezas en las que la Justicia ha dividido el caso Andratx, el escándalo de corrupción urbanística que en noviembre de 2006 sacudió la vida política balear. En el banquillo, el ex alcalde conservador de la localidad, Eugenio Hidalgo,el ex director general de Ordenación del Territorio del anterior Govern del PP, Jaime Massot, y el ex celador de obras municipal, Jaume Gibert. El fiscal los acusa de delitos de falsedad en documento oficial, prevaricación urbanística y contra la ordenación del territorio, por la construcción de una vivienda unifamiliar, propiedad de Hidalgo, en lo que debía ser una simple caseta de aperos en una zona protegida de Andratx.
En la primera sesión de las tres que se prevee tenga la vista, el ex alcalde se defendió echándole la culpa a sus subordinados. Aseguró que lo dejó todo “en manos de los funcionarios”. “Yo en el Ayuntamiento de Andratx he estado vendido”, apostilló. En otro momento, afirmó sufrir tanto estrés que no entiende cómo no le dio “un infarto”.
Hidalgo también habló de una supuesta “trama” en su contra, a la que acusó de la desaparición de documentos y negó haber obligado a dos funcionarias a ocultar informes. El ex primer edil intentó exculparse asegurando que pensó que la construcción “era totalmente legal” y que el fin de las obras era ser “un almacén, pero se convirtió sin yo saberlo en una vivienda”.
En la vista también declaró el ex jefe de Urbanismo del Ayuntamiento y posterior director autonómico de Ordenación del Territorio, Jaume Massot, quien reconoció que después de haber dejado el consistorio, y ya como alto cargo del Govern de Jaume Matas, asesoraba a funcionarios municipales. Massot subrayó que si hubiera asesorado desde el principio a Hidalgo en la ampliación de la nave “no hubiera habido ningún error”.
En un tono muy distinto fue la declaración del tercer acusado, Jaume Gibert, arrepentido del caso. El ex celador aseguró que no inspeccionó la construcción de la ampliación de la nave agrícola del ex alcalde por miedo a represalias, ya que el ex primer edil le amenazó con tirarle “a la puta calle” si la paralizaba.
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