Este artículo se publicó hace 14 años.
Todos a la caza del voto del PSC
Los candidatos se lanzan a intentar conquistar el electorado de Montilla desde flancos opuestos
No está claro aún si José Montilla es un candidato herido porque queda una semana de campaña y está por ver el efecto de su todo o nada en forma de anuncio de que es la última vez que compite para la Presidencia de la Generalitat. Pero sus rivales huelen sangre y se han lanzado a por su herencia: desde todos los ángulos políticos (izquierda y derecha, nacionalismo catalán y españolismo) se considera ahora prioritario cazar a electores del PSC.
Este es el plan que tienen muchos equipos de campaña. Pero los socialistas catalanes están convencidos de que su núcleo duro resiste lo suficientemente bien como para dejar en nada tanto canto de sirena. Y que sus últimos giros renunciar al Tripartito y presentarse por última vez pueden crear desconcierto fuera, pero han acabado de blindar a su gente.
Los actos centrales de Ciudadanos, ERC e ICV coincidieron en su opa' al PSC
Ayer se celebraron en Barcelona los actos centrales de la campaña de Esquerra Republicana, Iniciativa y Ciudadanos. Y las tres formaciones pusieron su foco en el electorado socialista. Además, a los únicos electores de partidos rivales a los que el convergente Artur Mas ha interpelado directamente es a los del PSC y lo hizo incluso en su feudo de Sabadell(Barcelona). También la conservadora Alicia Sánchez-Camacho se ha lanzado a ello con el argumento de que los socialistas se vendieron a ERC.
El fenómeno cubre ya todo el espectro y paradójicamente es el precio que el PSC paga por haberse situado en el espacio central de la política catalana. Los socialistas son los únicos que compiten en serio y de forma simultánea con las otras cinco formaciones parlamentarias. Y en los dos ejes sobre los que gira la política catalana: izquierda-derecha y nacionalismo-españolismo.
Equilibrios contradictoriosNi siquiera CiU, el primer partido en número de escaños, afronta una situación con tantos equilibrios contradictorios entre sí. Es fácil imaginarse trasvases entre CiU y el PP o ERC. Pero es más difícil que se den entre Convergència e Iniciativa, o entre los nacionalistas y Ciudadanos.
Cuando se va al alza, este fenómeno con el que ahora debe lidiar Montilla puede ayudar a crecer porque se pesca al mismo tiempo en caladeros muy distintos. Pero cuando se va a la baja, las fugas pueden ser también simultáneas y en todas las direcciones.
Ayer, Esquerra realizó su acto central de campaña en el Palau de la Música, epicentro de uno de los casos de corrupción que más ha sacudido a la sociedad catalana y del que sale un hilo propio que supuestamente afecta a la financiación de Convergència. Pero a pesar de que el lema del acto era Gente honesta en el Palau, la cúpula del partido dejó para los teloneros las referencias a la corrupción. Y el secretario general, Joan Ridao, se dedicó a pedir el voto específicamente a los electores del PSC.
Rubalcaba advierte de que CiU "está fraguando" un pacto con el PP
"Somos la opción útil de las izquierdas para los socialistas que quieren que las cosas se decidan aquí", dijo Ridao. El candidato, Joan Puigcercós, marcha mal en las encuestas y su plan para intentar salvar los muebles es no molestar a los simpatizantes de CiU muchos votaron a ERC en 2006 y morder en el PSC ante su "sumisión" al PSOE.
Tras la huelga generalAlgo parecido sucedió en el mitin central de ICV-EUiA. A pesar de que en este acto sí abundaron las pullas a la derecha y las denuncias a la corrupción, el cabeza de lista, Joan Herrera, y su equipo entraron a disputar el terreno a los socialistas: cualquier otra opción progresista distinta a ICV-EUiA, recalcó Herrera, es "una izquierda que quizá pacte con CiU".
Y, sobre todo, este abrazo permanente del PSC con el PSOE, en pleno proceso de recortes y tras la huelga, da munición de sobra para que los oradores de ICV vayan a por los ex votantes socialistas.
También el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, dirigió ayer sus prismáticos hacia territorio socialista: se ofreció a los votantes decepcionados con el PSC que, en su opinión, ha hecho "el trabajo sucio" a los nacionalistas.
Sólo el electorado socialista es fronterizo con todos los demás
Y ello pese a que nunca había habido una campaña del PSC en las autonómicas que reforzara tanto la conexión con el PSOE. Ayer, Montilla volvió a tener el respaldo del vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba, quien participó en un homenaje a Ernest Lluch,de cuyo asesinato por ETA se cumplen hoy diez años, y luego en un mitin en Girona.
Rubalcaba, que en el mitin fue interrumpido por activistas prosaharauis, advirtió de que Convergència i Unió "está fraguando" un pacto con el PP. Al final, el temor al PP es siempre lo que mejor les funciona a los socialistas para movilizarse. Y su mejor seguro ante tanta opa hostil.
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