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CiU pacta ahora con el PSC para marcar distancias con el PP

Los nacionalistas ceden ante la reforma de la polémica ‘ley ómnibus’ y obtienen el apoyo del Grupo Socialista

J. RAMÓN GONZÁLEZ CABEZAS

CiU ha ejecutado una lección práctica de geometría variable en un tramo crucial de su mandato al pactar con el PSC su ley estrella para la simplificación y agilización de la administración –ley ómnibus– pocas semanas después de cerrar con el PP una alianza que le permitirá aprobar el Presupuesto esta misma semana.

Artur Mas se apresuró a celebrar el acontecimiento como un hecho positivo al trasladar la imagen de los dos principales partidos del país “remando juntos para ayudar a Catalunya a salir adelante”. A diferencia del acuerdo con el PP, celebrado en solitario y con pompa y circunstancia por la presidenta del partido en Catalunya, Alicia Sánchez-Camacho, esta vez fueron el propio Oriol Pujol y Joaquim Nadal, jefes parlamentarios de CiU y PSC, quienes escenificaron conjuntamente la ceremonia puntual de sociovergencia. “No hay ningún giro”, clamó Nadal remitiéndose a la contundente oposición al Presupuesto. “Algunos querrán ver una cesión, pero nosotros queremos sumar y Catalunya lo pide”, alegó por su parte Pujol.

El acuerdo, alcanzado por ambas fuerzas tras varias semanas de negociaciones discretas, despeja la amenaza de una enmienda a la totalidad y abre el trámite de urgencia del proyecto de ley. Forzada por el PSC, la polémica ley ómnibus será troceada en cuatro o cinco leyes específicas, de las que ahora sólo se tramitarán tres (simplificación administrativa, agilización burocrática y promoción económica). Quedarán para más adelante las que afectan al espacio audiovisual catalán y su organismo regulador (CAC), así como el urbanismo y la vivienda.

La luz verde al trámite de la nueva ley ómnibus, que en su momento fue denunciada por la izquierda como la voladura de la obra del tripartito, culminará la semana parlamentaria de gloria de CiU con la aprobación del Presupuesto de 2011 y la Ley de Acompañamiento.

“Una semana negra que va a consumar el peor Presupuesto de la historia de Catalunya y las leyes del abuso”, terció hoy sin embargo la diputada ecosocialista Laia Ortiz. La portavoz de ICV aprovechó para acusar a Mas de “dogmatismo y autoritarismo” por sus declaraciones a The Wall Street Journal, que presentó al president como paladín de la lucha contra el déficit: “Catalunya debe dar ejemplo de cómo afrontar los problemas y ofrecer soluciones, incluso si se trata de soluciones que provocan retrocesos sociales”, declaró Mas.

Pese a que ICV mantendrá su enmienda a la totalidad con texto alternativo, las “sugerencias centrales” introducidas por el PSC despejan el camino de la polémica ley, aunque con significativos cambios de forma y fondo sobre la múltiple reforma exprés perpetrada por el Govern para simplificar y reducir la burocracia y estimular la actividad.

“La ciudadanía espera gestos que no siempre tienen que ser de confrontación radical”, afirmó Nadal tras negar cualquier “giro” o “rendición” al pactar con CiU, mientras Pujol insistía en la política de mano tendida y en subrayar que “el PSC ha comprendido que la ley no iba contra nadie”. Nadal citó entre los cambios más significativos la “clarificación” del plazo de seis meses mínimo de residencia para tener acceso a la asistencia primaria, que fue interpretado como una medida antisocial dirigida específicamente a la inmigración. El líder socialista aseguró que la futura ley “no cuestionará el derecho universal a la salud de todos los ciudadanos”, sino que servirá para “controlar el denominado turismo sanitario”, según la propia tesis argumentada en su día por CiU al estallar la polémica.

Nadal también señaló que se mantendrá la gobernanza territorial de la sanidad con participación de los poderes locales. Asimismo, dijo que se han precisado los requisitos de acreditación de entidades privadas que quieren prestar servicios públicos y que “no habrá privatización de equipamientos”.

“CiU es consciente de que no tiene mayoría suficiente”, concluyó este lunes Pujol. “El país nos obliga a sumar, pero es que además nosotros queremos hacerlo”, insistió.

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