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CiU y PSC echan el freno al soberanismo

Montilla sostiene que sólo votó el independentismo y Mas congela la consulta global

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Ayuntamientos con más de un 40% de participación (ampliar mapa).

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Un día después de que 185.000 personas votaran favorablemente en la consulta por la autodeterminación de Catalunya en una iniciativa popular, CiU y el PSC volvieron a situar la política catalana en el cauce de la moderación y frenaron las expectativas soberanistas.

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José Montilla, presidente de la Generalitat y primer secretario del PSC, explicó en el Senado que los referendos del fin de semana en 167 municipios "en ningún caso sustituyen la soberanía popular, que se expresa en las elecciones y, en cuanto a nuestro autogobierno, en el referéndum sobre el Estatut". Montilla expresó "respeto por las personas que fueron a votar" pero lanzó una auténtica carga de profundidad al asegurar que las consultas fueron "organizadas por independentistas" y a ellas "han ido a votar independentistas y soberanistas".

El PSC insiste en que el PP usará las consultas contra el Estatut

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El secretario de organización de su partido, José Zaragoza, manifestó a su vez que los referendos "no ayudan" al nuevo Estatut pendiente de que el Tribunal Constitucional resuelva los recursos en su contra porque el PP ya está tratando de usarlas para ir "en contra" de esta ley orgánica "y de Catalunya".

Preocupado por devolver el debate político a la disyuntiva derecha-izquierda, Zaragoza señaló la participación conseguida por la iniciativa inferior al 30% para restar importancia al amplio triunfo del secesionismo. El maestro de cocina del PSC aseguró que las consultas son "legítimas", aunque se congratuló de que han supuesto un "error estratégico" al constatarse que los independentistas son "pocos". "Esperaban un 40% de participación, se han encontrado con un 25%", recordó, lo que en su opinión acredita que el soberanismo es "minoritario".

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El líder de CiU corrige a Oriol Pujol y no prioriza una consulta vinculante

Más compleja era la postura de Artur Mas, a quien el propio Zaragoza acusó ayer de declararse independentista el sábado y autonomista ayer. El líder de CiU celebró la consulta como una "manera digna de defender la dignidad de Catalunya" y expresó "agradecimiento y respeto" a las personas y entidades que organizaron la jornada y afiló la vertiente más soberanista de su partido. Recordó que "consultar al pueblo y votar es un derecho democrático", que el derecho a la autodeterminación figura en los estatutos de CDC y de Unió. "Para el PSC el Estatut es el máximo autogobierno, para nosotros lo mínimo", aseguró, antes de recordar que el PSC ha estado "al lado del PP" a la hora de "quitar valor" al 13-D.

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Pero el ejercicio de funambulismo de Mas comenzó al ser interrogado por si apoyaría una consulta vinculante sobre la autodeterminación, más después de que el portavoz parlamentario de CiU Oriol Pujol lo pusiera el domingo "en el orden de prioridades". "Estoy a favor del derecho a decidir, pero en temas que unen", dijo Mas. Tras recordar que "tan catalán es Arenys [el primer pueblo en celebrar la consulta] como Cornellà [feudo matropolitano del PSC]", explicó que este tipo de apuestas sólo deben plantearse "para ganar". "Al país hay que llevarlo a la victoria, y en este momento, la autodeterminación no tiene el éxito garantizado en el conjunto de Catalunya", manifestó.

En la misma línea se expresaron desde Unió, socios de CDC en la federación. Josep Maria Pelegrí, su secretario general, alertó de que convocar en breve un referéndum de autodeterminación en toda Cataluña podría "fraccionar" la sociedad. Pelegrí aseguró que no es partidario de "magnificar ni despreciar el 13-D".

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Incluso en Esquerra parecían echarle agua al vino. Su líder Joan Puigcercós, que estos días ha reclamado una consulta vinculante en la próxima legislatura, afirmó ayer que no se podrá tomar ninguna decisión con tino hasta que no se conozca la sentencia del TC.

Pero nada impedirá que en febrero el tripartito apruebe en el Parlament una Ley de consultas que ERC presentará como una puerta abierta a la autodeterminación. En todo caso las fuerzas mayoritarias intentaron ayer embridar el debate y volver a ser protagonistas.

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