Este artículo se publicó hace 14 años.
Los controladores se disculpan tres días después
El portavoz César Cabo dice que «el desquicie» es por «una presión límite» y que el Gobierno "sabía que podía ocurrir"
Tres días, 72 horas. Es el tiempo que ha tardado el portavoz del sindicato de controladores Usca, César Cabo, en pedir disculpas a los usuarios por el monumental caos aéreo provocado el fin de semana por el paro encubierto, que ha afectado a más de 600.000 personas. A título personal y desde su página de Facebook, Cabo trataba de justificar lo ocurrido: "Nos disculpamos de nuevo ante los usuarios afectados por el caos de hace dos días, ha sido una situación terrible ocasionada por una presión de meses que explotó el viernes".
En el mismo post, que tenía a última hora de la tarde de ayer más de 1.600 comentarios, en su mayoría críticos, Cabo recuerda que siguen bajo jurisdicción militar (por el estado de alarma decretado por el Gobierno), por lo que deben "medir" lo que dicen". Después, en una entrevista con Efe, señaló que su colectivo ha dado un "salto al vacío" que el Gobierno, las autoridades públicas "sabían que podía ocurrir" tras meses de "gestión abusiva" y con la "gota final" del decreto del viernes.
Usca intenta convencer de que no ha tenido que ver con el motín
Aseguró que "esto no puede volver a ocurrir jamás, no se puede permitir", "desde luego" tampoco en Navidad. Y pidió "que se entienda que desquicie semejante sólo ocurre cuando un colectivo está presionado al límite".
Cabo quiere ahora transmitir la sensación de que todo está pacificado cuando, ya en estado de alarma, llegó a decir a este diario que el estado de alteración del colectivo llegaba a tal punto que "había madres dispuestas a ir a la cárcel".
La estrategia de Usca pasa desde el viernes por intentar convencer a la opinión pública de que no ha tenido nada que ver con el motín desatado por los controladores ante el temor de responsabilidades penales. En el entorno de las investigaciones abiertas hay sospechas. En un intento de exculparse, antes de que empezaran a conocerse las bajas masivas por estrés el viernes, Usca convocó una rueda de prensa a las cinco de la tarde para decir que el colectivo estaba exaltado y que ellos llamaban a la calma.
"Si esto no cambia, estoy dispuesta a dejar el curro", dice una controladora
"No me importa la pasta"También en Facebook, la controladora Cristina Antón se dedicó ayer a contestar a algunos de los 5.000 comentarios que varios internautas, la mayoría críticos, hicieron en el último post de su blog, Controladores Aéreos y otras hierbas. "¿Qué os hace suponer que los demás no tenemos familia? Es que es acojonante. ¿Crees en serio que puedo trabajar 24 horas para vosotros sin descansar?", pregunta Antón a un internauta. Ante los ataques contra los controladores por sus elevados sueldos, Antón responde: "Me importa tres cojones la pasta, necesito algo de tiempo para dormir, para salir a la calle, para ver a mi familia" y asegura que "si esto no cambia estoy dispuesta a dejar el curro. Lo tengo clarísimo", asegura.
A algunos controladores, sin embargo, les gustaría poder decir que cobran 200.000 euros. Los últimos incorporados a la profesión tienen una visión distinta. Sobre sueldos, "en el mejor de los casos, podemos hablar de unos 1.700 euros al mes cuando salimos de Senasa [la escuela de formación], mientras nos habilitamos y unos 2.600 euros al mes en adelante, lejos de las chorradas que se oyen por ahí", señala a este diario un joven controlador formado a partir de la última oposición de controladores. Y se queja de que "faltan controladores", ya que "antes salían en torno a 120 al año y desde 2004 salen unos 40".
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