Este artículo se publicó hace 17 años.
Un cura sin lápida ni flores
El párroco de Loscorrales vivió pacíficamente con la II República, tres falangistas lo mataron
José Pascual Duaso, párroco de Loscorrales, en Huesca, no tuvo una lápida en su tumba hasta mediados de los años 50. Nadie se atrevió a colocarla para evitar remover una de las páginas menos conocidas de la otra cara de la Iglesia durante la Guerra Civil. La que murió bajo las balas del bando sublevado.
José Pascual había nacido en Torla, Huesca, en 1880 "en el seno de una familia de izquierdas, republicana y socialista de escasos recursos económicos", según cuenta Víctor Pardo, periodista, escritor, y la persona que mejor ha investigado la historia de este asesinato.
No queda más testimonio que el que Víctor recogió entre los familiares del cura. De la memoria de Pascual Duaso apenas hay una sombra en el pequeño pueblo oscense de Loscorrales, que ronda el centenar de vecinos.
Nadie pone ya flores en su tumba, recuerdan allí. El mismo olvido pesa sobre la tumba de su presunto asesino, un falangista de pasado republicano que pasó dos años encarcelado por este motivo y quedó en libertad sin cargos en 1942.
La leyenda que rodea al párroco de Loscorrales dice que lo asesinaron por comunista, por compartir la leche de sus vacas con los vecinos del pueblo sin distinguir filiación política. La realidad es más compleja, y en su asesinato influyen tanto las razones políticas como las rencillas personales.
Un hombre de ley
José Pascual Duaso fue asesinado el 22 de diciembre de 1936 en su propia casa, tenía 56 años. El cura de Loscorrales era el único que recibía prensa periódicamente. Su radio era también la única del pueblo. Sonaba en la ventana cuando había algún acontecimiento importante, explica su sobrino Antonio Pascual, en el recuerdo que recoge Víctor Pardo. El cura "era de izquierdas y no lo ocultaba", admite.
Otro de sus sobrinos, Eusebio Pascual, también fallecido, no se mostraba tan tajante: "No tenía nada de republicano ni de fascista. Era un hombre decente, un verdadero cura que practicaba la religión de Cristo. Tenía dos vacas y regalaba la leche, montó una escuela nocturna para enseñar a leer y escribir a la gente, que estaba todo el día en el campo y era analfabeta (...) Era un hombre que se comportaba como republicano, pero era monárquico, incluso votó a Gil Robles. En realidad no era nada, sólo un hombre de ley", concluye Eusebio, que vivió exiliado en Buenos Aires.
El cura Duaso era un hombre respetado que no se acomodó al orden impuesto por la Falange en Loscorrales. Los falangistas pidieron al obispo el traslado del párroco. El prelado no hizo nada y el acoso continuó.
A las razones políticas se unían motivos personales Una lista amañada contra el cura fue la trampa que le valió la muerte. Tres falangistas le dispararon cuando iban a detenerlo en su casa.
Muerto "por arma de fuego"
Sus asesinos argumentaron que fue en defensa propia. Dos testigos, un sobrino y su casera, explicaron que fue asesinado a sangre fría. No se esclarecieron las circunstancias. En su acta de defunción, inscrita con el número 125 del folio 32 en el registro de la parroquia de Loscorrales, se lee: "D. José Pascual Duaso murió el 22 de diciembre de 1936 a las veintiuna horas a consecuencia de heridas sufridas por arma de fuego.
Natural de Torla, de 56 años, hijo de Antonio y María, estado eclesiástico. Santos sacramentos, no ha podido recibirlos. Sepultado en Loscorrales el 24 de diciembre de 1936. Firma, Antonio Coarasa, Arcipreste".
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