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Defensa sostiene que el helicóptero siniestrado estaba "perfecto"

El aparato que se estrelló en el sureste de Haití es un Augusta Bell 212 ASW, un modelo que entró en servicio en 1974

J. R. / AGENCIAS

El accidente que se produjo el viernes en Fond Verrettes, al sureste de Haití, y en el que fallecieron cuatro militares españoles, no se debió a un mal estado del helicóptero en el que viajaban. Según explicó ayer en la sede del Estado Mayor de la Defensa el comandante del Mando de Operaciones, general de división Jaime Domínguez Buj, el aparato siniestrado, un Augusta Bell 212 ASW, se hallaba en “perfecto” estado y “en condiciones de volar”.

Tanto el Augusta Bell como el otro helicóptero que realizaba la misión humanitaria –un Sikorsky que no sufrió ningún percance– son “los dos aparatos que siempre usa la Armada”, afirmó Domínguez Buj. Ambos estaban asignados al buque anfibio Castilla. El equipo del barco, añadió, “cuida” las aeronaves, “pasa sus revisiones en el momento necesario y tenía todos los repuestos para hacerlo”, informa Europa Press. La Armada, según consigna su web, adquirió a EEUU catorce Augusta Bell 212, que “comenzaron a entrar en servicio en 1974”, hace 36 años.

Fuentes militares precisaron a Público que “lo importante no es la antigüedad de la nave, sino su estado de revista”. “Cada mil horas de vuelo, estos helicópteros se desarman enteros y se vuelven a armar. Su proceso de revisión es rigurosísimo, son seguros al 100%. No hay ninguna duda de eso. Si no fueran seguros, no se viajaría en ellos”, agregaron estas mismas fuentes.

Aún se desconocen las causas del siniestro en el que fallecieron Luis Torija Sagospe, comandante del Cuerpo de Intendencia, de 44 años, casado y con dos hijos; Francisco Forne Calderón, teniente de Infantería de Marina, de 37 años, casado y con tres hijos; Manuel Dormido Garrosa, alférez de navío, de 35 años, casado y con un hijo, y Eusebio Villatoro Costa, cabo mayor de Infantería de Marina, de 41 años, con mujer y sin hijos.

La ruta seguida por los dos helicópteros era la “habitual”. Salieron de Cabo Rojo (República Dominicana), donde recogieron el material humanitario llegado desde España y que debía trasladarse al Castilla. Al planear sobre el sureste de Haití, el Sikorsky, que lideraba la misión, advirtió de la entrada de una zona de “escasa visibilidad” y perdió el contacto con el Augusta Bell. La nave lo notificó enseguida al Castilla, repostó en el buque y partió con otro helicóptero de apoyo.

Cuando se agotó su tiempo de vuelo (su autonomía es de unas horas), los relevaron dos helicópteros de EEUU, que finalmente localizaron el aparato y sus cuatro ocupantes en una “ladera montañosa de difícil acceso”. A las diez de la noche (hora peninsular), el comandante del buque confirmó a Domínguez Buj que había cuatro fallecidos, pese a que esas horas las agencias internacionales habían dado cuenta de la noticia.

Anoche viajaron a Haití la titular de Defensa, Carme Chacón, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general José Julio Rodríguez, y el jefe de Estado Mayor de la Armada, almirante general Manuel Rebollo. Con ellos se desplazó una comisión encargada de investigar el accidente. La ministra repatriará los cadáveres, que aún no han sido rescatados.

Las condolencias llegaron del Gobierno, del PSOE, del PP y de la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton.

España desplegó en Haití 450 efectivos para paliar los daños del terrible seísmo del pasado 12 de enero, que dejó 220.000 muertos. Desde febrero, gracias a su ayuda, se ha prestado atención médica a 6.000 personas, se ha vacunado a otras 20.000, se han desescombrado 6.000 metros cúbicos de cascotes y se han distribuido 500.000 litros de agua potable, según resumió ayer Domínguez Buj. 

 

No es la primera vez que ocurre un incidente en el área de Fond Verrettes, en el lugar donde el viernes se estrelló el Augusta Bell español con sus cuatro ocupantes. Hay una fecha reciente. El pasado 9 de octubre, un avión del contingente uruguayo que formaba parte de la fuerza de la ONU tuvo un fatal accidente. En el avión viajaban seis cascos azules uruguayos y cinco jordanos. Murieron los once. La nave efectuaba una misión de vigilancia cerca de la frontera entre la República Dominicana y Haití. El aparato, tipo Casa 212, impactó contra una montaña, informó la misión de la ONU (Minustah).

 

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