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El día en que José Montilla se abstuvo

El president de la Generalitat, residente en Sant Just Desvern, dejó clara su intención desde la primera oleada de consultas

DAVID GUERRERO

Algún iluso aún pensaba en la posibilidad de que Montilla se acercara a votar. No sucedió. El president de la Generalitat, residente en Sant Just Desvern, dejó clara su intención desde la primera oleada de consultas y era improbable su aparición en el Ateneu de la localidad, un teatro reconvertido en colegio electoral.

Pero a falta del president de la Generalitat, apareció otro presidente, el del Barça. Joan Laporta se paseó por la sala como la estrella del día y eso que no tenía derecho a votar. Laporta aprovechó para atraer la atención de los medios y entabló conversación con dos observadores internacionales que velaban por el buen funcionamiento de la consulta. Por la tarde, Anna Simó, diputada de ERC, fue la que se acercó a ver cómo se desarrollaba la jornada.

Simó, consciente de estar en el pueblo de Montilla, recordó que el president 'ha hecho pasos hacia la independencia en los últimos siete años, esperemos que haga muchos más en el futuro y podamos verlo algún día en una votación de este tipo'.

Sant Just es una isla en el océano socialista del Baix Llobregat. Se trata de un reducto de clase alta en una comarca tradicionalmente obrera. En esta localidad, la inmigración tiene elevados ingresos y proviene de Alemania y Estados Unidos, nada que ver con los pueblos que lo rodean. Las piscinas y urbanizaciones son el paisaje habitual.

Las piscinas y las urbanizaciones son el paisaje habitual de este municipio

Pese a ello, la alcaldía ha correspondido prácticamente desde la instauración de la democracia al PSC, que gobierna en coalición con ICV.

Los organizadores de la consulta lamentan el escaso apoyo que han recibido del ayuntamiento. 'Nos han dejado las urnas y poca cosa más', lamenta el portavoz de Sant Just Decideix, Roger Cònsul. 120 voluntarios han trabajado durante seis meses para tenerlo todo a punto. Según el portavoz de la coordinadora, apostaron 'por una carrera de largo recorrido', con actos cada semana desde finales de febrero, y dieron a conocer la campaña puerta a puerta.

'No somos los independentistas, somos los de la participación', recalca Alícia Casals, una profesora universitaria implicada. Fiestas infantiles, debates y comidas populares han sido los eventos que más público han atraído. Ayer también organizaron una comida popular, en la que sirvieron más de 400 butifarras, acompañados de los gigantes y el drac de Sant Just, los bastoners de Sant Feliu, grallers y un grupo de batucada.

Alguien lució su carnet republicano y otros preferían el pasaporte al DNI

Desde las nueve, la maquinaria se puso en marcha para atender a los votantes. Pere, con 16 años recién cumplidos, hablaba de la ilusión 'de la primera vez', consciente de que 'la consulta no tiene repercusión directa'.

Más experimentadas eran la mayoría de las personas que desfilaron por el Ateneu. Alguna se presentó con un carnet político de la República. Otras, con un gran cartel colgando del pecho en el que dejaban clara su intención de voto. A lahora de votar, no querían enseñar el DNI español, preferían el pasaporte.

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