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"Soy diferente desde el 15M. Soy otro sujeto ciudadano y político"

Verónica Vicente es periodista y compagina dos trabajos como autónoma para reunir algo más de 700 euros al mes

LUCÍA VILLA

Verónica Vicente, 27 años, periodista. Después de encadenar varia becas y trabajos alejados de su profesión, consiguió empleo en un medio que tras atravesar una grave crisis redujo su jornada a la mitad y la envió a trabajar a casa. Hoy araña minutos al día desde su piso de La Latina, en Madrid, para colaborar con dos diarios sin nómina, sin horario fijo ni vacaciones. Los meses más productivos consigue reunir como mucho 900 euros, que se quedan en algo más de 700 tras pagar su correspondiente cuota de autónomos. Eso sin contar el considerable gasto extra en teléfono y electricidad que le supone el teletrabajo. Forma parte de los cada vez más numerosos 'precarios'. Estalló de indignación hace un año y considera que ahora tiene 'más motivos que nunca'.

¿Participaste?

Iba todos los días pero no me metí en ninguna asamblea porque tenía que trabajar y no me parecía ni responsable ni ético formar parte de una asamblea cuando yo sabía que no iba a poder dedicarle el tiempo que se merecía. En la primera semana hubo quedadas todos los días a las 8 de la tarde donde se hacía el minuto de silencio y como tenía un grupo de amigos que también participaban, fui todos los días durante 15 días y luego con menos frecuencia, dependiendo del grado de cansancio.

¿Te convencieron o convenciste?

No hizo falta que me convencieran. Yo estaba tan alucinada por lo que estaba pasando que contagié a más gente. De hecho, conseguí que mi hermano viniera desde Alicante porque le dije que no iba a ver nada igual en su vida y porque creía que le iba a gustar y así fue. Subió un fin de semana cuando ya estaba toda la acampada hecha y aquello parecía un festival político.  Me hizo bastante ilusión que lo viera.

Los motivos que te indignaron

'Conseguí que mi hermano viniera desde Alicante porque no iba a ver nada igual'

La semana anterior me comunicaron el despido. Aquellos 15 días del principio del 15M fueron mis últimos 15 días de trabajo. Lo viví muy intensamente porque yo me iba a la calle justo cuando estaba empezando a nacer el movimiento. Es cierto que yo compartía muchas de las cosas que luego vi allí, pero la primera noche que bajé se estaba creando la primera asamblea y simplemente alucinabas. Se te ponían los pelos de punta porque no sabías muy bien qué estaba pasando, pero sabías que estaba pasando algo. 

Los motivos para volver a indignarte

Desgraciadamente hay más motivos que hace un año. Creo que las medidas que se están tomando lo único que hacen es, primero, deshacer muchos de los derechos logrados a lo largo de los años de democracia; y segundo, a nivel financiero y económico, ahogar la capacidad de consumo de la gente. Los recortes que se están haciendo, al contrario de lograr que nos recuperemos, indican que vamos a peor. Todas las medidas que se han tomado en los últimos cuatro meses van en detrimento del Estado de bienestar. Si es que teníamos un Estado medianamente social, vamos a dejar de tenerlo.

Un momento

Cuando la Junta Central Electoral prohibió las concentraciones en la jornada de reflexión de las autonómicas. Debía de haber unas 30.000 personas en la  Puerta del Sol a las 12 de la noche y entonces alguien, después de un minuto de silencio que hacíamos todos los días, gritó: ¡Ahora somos todos ilegales! Y toda la plaza empezó a cantar. Era para ponerse a llorar, porque realmente todos estábamos haciendo algo ilegal, pero éramos tantos miles allí que sentías que no podían venir a decirte que estabas infringiendo la ley.

Un error

'Los 15 días del principio del 15M fueron mis últimos 15 días de trabajo'

[Se lo piensa unos segundos]. Era un movimiento en el que se supone que se tenían que decidir unas bases para llevar algo al Congreso, pero había gente que lo impedía. Personas que se autodenominaban como fuera del sistema, que creían en la capacidad democrática y asamblearia del 15M, pero luego no querían que eso se llevara al Congreso, o no querían que se hablara de la reforma del sistema electoral porque no creían en el sistema electoral o en los partidos políticos. Había puntos de anarquismo que a veces ralentizaban o bloqueaban que se tomaran las decisiones para generar otras cosas. Algunas asambleas llegaban a prolongarse hasta 5 horas. Era algo que me exasperaba bastante, ciertas asambleas ni las terminaba porque no se llegaba a nada en claro.

¿Qué aportaste?

Estuve allí, fui muy constante y dentro de lo que era mi círculo intenté decirle a todo el mundo que lo que estaba pasando era algo histórico, aunque sólo fuera porque era un despertar social. Yo hice todo lo posible por ser viral con el 15M, muchos días dormía tres o cuatro horas para poder estar allí. Bien es cierto que luego, y eso es un error mío, no he participado en las asambleas de los barrios, pero creo que a nivel personal y con mi círculo cercano de familia y amigos sí que hice lo posible.

¿Qué ha cambiado con el 15M?

La conciencia social. Veo una conciencia social que hace un año no existía y hablo de política con gente con la que antes no hablaba de política. En el mes que duró la acampada yo vi a gente hablar más de política que en toda su vida. Fue un despertar social que consiguió que la gente saliera a la calle por el artazgo, por la desilusión generalizada de toda una sociedad. Y algo muy importante, el 15M logró que las protestas llegaran a otros países. Cuando uno piensa que eso sale de cincuenta locos que acamparon en la Puerta del Sol en la madrugada del 15 al 16 pues te das cuenta de que realmente no están tan locos, sino que lo comparte mucha gente, no solo en España, sino en todo el mundo.

¿Sigue teniendo la misma fuerza?

'Veo una conciencia social que hace un año no existía'

Lo veremos ahora. Motivos hay  más que hace un año, lo que pasa es que creo que también ha estado rodeado de cierta desilusión porque en cinco días se prendió una mecha que no se sabía muy bien dónde iba a terminar. Yo soy diferente. Soy otro sujeto ciudadano y político desde que estalló el 15M, sobre todo porque maduré en cuanto a conciencia social y política y me di cuenta de que evidentemente no era una zumbada que pensaba eso, sino que había mucha gente alrededor que lo pensaba.

¿Hasta dónde crees que llegará?

Yo soy de las que piensa que debería conformarse una agrupación política del 15M. Si el 15M no se conforma en una estructura en la que la sociedad pueda delegar, su opinión no va a servir de nada. Soy consciente de que hay mucha gente dentro del 15M que piensa que realmente eso no debería ocurrir, pero creo que si no se traduce en algo político se va a quedar sólo en que somos muchos los que no estamos de acuerdo con lo que está ocurriendo y nos indignamos, pero no conseguirá nada a nivel legal, por decirlo de alguna manera.

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